El kilovatio es una unidad de medida que se emplea para contabilizar la potencia de uso corriente. Un kilovatio equivale a 1000 vatios y aparece representado con la abreviatura “kW”. Para entender qué es el kilovatio hay que tomar como base al vatio que es una unidad del Sistema Internacional que se corresponde a 1 julio por segundo.
El kilovatio se emplea para expresar la cantidad de energía que se suministra a un objeto o instrumento. Es frecuente ver la abreviatura “kW” en los electrodomésticos que se utilizan diariamente y que traen información sobre la cantidad de kW que necesitarían para funcionar. Generalmente esta información aparece en una pegatina ubicada en la parte trasera del aparato y en su libro de instrucciones.
El kilovatio también se usa para informar de la cantidad de potencia contratada que tiene una vivienda o un inmueble. En este caso el kW indicaría la cantidad de electrodomésticos que pueden funcionar de forma simultánea sin que se produzcan cortes, interferencias o saltos en los contadores.
El número de kilovatios que se utilicen están directamente relacionados con el tipo de instalación eléctrica que tiene la vivienda o local. Si la instalación es monofásica. Es decir, consta de una sola fase, todos los kW de potencia se pueden utilizar a lo largo del circuito de la instalación. En caso de que la instalación sea trifásica, cada uno de los circuitos que la componen tendrá acceso a una cantidad determinada de kW.
El precio del kilovatio es un aspecto que varía en función de factores como la ubicación en la que se encuentre el consumidor, ya que la cifra cambia en función de si está en la península, en Baleares, en Canarias o en los municipios de Ceuta y Melilla. También influye la situación del mercado o las fluctuaciones que experimenta la economía internacional. Además, el coste del kilovatio cambia constantemente.