Existe una gran variedad de técnicas y métodos para cuidar los cultivos de los que disponemos. La agricultura de regadío nos lleva acompañando muchísimos años, así que hoy te contamos en qué consiste y sus beneficios para el medioambiente.
El ser humano dejó de ser nómada hace miles de años y se asentó en un mismo lugar para poder sobrevivir con más facilidad. Ahí es cuando empezamos con la agricultura, por lo que llevamos mucho tiempo practicándola y es de suponer que sepamos bastante.
Al darnos cuenta de que nuestros cultivos dependían de la lluvia que aparecía de forma natural, nos percatamos de que era necesario darle agua a las tierras. Con el paso del tiempo, llegamos hasta lo que hoy se conoce como la agricultura de regadío.
El regadío es un sistema del que seguro has escuchado hablar alguna vez, sobre todo, si vives en zonas rurales donde la agricultura está mucho más presente que en la gran ciudad.
Los sistemas de regadío nacen como la respuesta a la falta de lluvias y agua en los cultivos. Son un elemento fundamental en la agricultura actual, especialmente, en las zonas de temperaturas más elevadas o que tienen menos precipitaciones.
La agricultura de regadío consiste en un sistema con el que se lleva el agua hacia los cultivos de forma artificial. De esta forma, se consigue que reciban el agua necesaria y se puede controlar la cantidad que les llega para que tampoco sea excesiva.
Este tipo de sistemas necesitan una infraestructura elevada para poder funcionar como es debido. Hablamos de dispositivos de riego, un suministro de agua cercano y todo tipo de elementos.
Dentro de la agricultura de regadío existe una gran variedad de técnicas, que necesitan de una infraestructura distinta. Cada una de ellas, se especializa en diferentes tipos de cultivos o es necesaria según el clima que se presente. Algunas de las más relevantes son:
El mayor inconveniente que se le puede encontrar ahora mismo a la agricultura de regadío es la escasez de agua. La falta de este recurso puede hacer que este sistema desaparezca, aunque todavía queda mucho para que esto sea posible. De todas formas, hay que hacer una gestión adecuada y no derrocharla.
Como puedes ver, hay grandes conocimientos sobre este tipo de agricultura y es una de las más utilizadas. Además, cuenta con algunos beneficios muy positivos para el medioambiente.
Los sistemas de regadío son muy útiles para nosotros al fomentar la economía rural y asegurarnos un cierto volumen de alimentos (ya que aumentan la producción que tendríamos sin ellos). Además de esto, son sostenibles y benefician al medioambiente.
En primer lugar, con muchas de estas técnicas se consigue un uso mucho más eficiente del agua, evitando despilfarrar este recurso y optimizando el riego hasta el máximo punto.
Gracias a la agricultura de regadío se alcanza una mayor diversidad de cultivos y que estos puedan estar en zonas en la que, de otra manera, no se podrían haber encontrado. Además, reducen la erosión del suelo.
Por último, también debemos destacar el aporte que hace en la lucha contra el calentamiento global. Estos cultivos absorben parte del dióxido de carbono de la atmósfera y aportan oxígeno en su lugar.
Es imposible negar la importancia que tiene la agricultura de regadío para nuestra sociedad. Está asentada y es una de las más extendidas en el planeta, por todos los puntos positivos que tiene y las pocas pegas que se le puede poner.
En EnergyGO aportamos nuestro grano de arena para cuidar al planeta. Si estás interesado en la energía verde, entra en nuestra web o llama al 900 622 700. Nuestros expertos se encargarán de buscarte la tarifa que mejor se adapte a ti.