Los dispositivos electrónicos tienen una gran cantidad de componentes internos que se encargan de cumplir determinadas funciones. Uno de ellos puede ser un termistor, te contamos qué es y cómo sirve su protección para la instalación eléctrica de la vivienda y varios dispositivos.
El interior de una instalación eléctrica puede ser bastante complejo. Si la abres, te vas a encontrar con un montonazo de cables y elementos que apenas vas a entender qué función tienen. Entre todos ellos, es muy probable que veas un termistor.
Este elemento cumple una función muy importante dentro del sistema y mejora la protección de toda la instalación. Por eso mismo, te conviene conocerlo y saber para qué se utiliza.
Un termistor se podría definir como un elemento de detección de la temperatura que cambia de valor en función del calor. Su nombre viene de las palabras “térmico” y “resistencia”.
Los termistores suelen tener un coeficiente de temperatura negativo. ¿Qué quiere decir esto? Que, generalmente, su resistencia empezará a disminuir conforme la temperatura del sistema aumente.
Este elemento debe ser muy preciso para que funcione correctamente. Por eso mismo, es construido con materiales de óxido metálico y mezcla de diferentes tipos de metales.
El termistor se encarga de recoger la información sobre la temperatura con el objetivo de comunicársela a un controlador que, posteriormente, dará las órdenes necesarias para que no se sobrecaliente el sistema. Hay diferentes tipos de termistores.
Se puede distinguir entre dos tipos de termistores en función de cómo actúan ante los cambios de temperatura. Podemos hablar de los que son de medición negativa de temperatura y de medición positiva.
Los termistores de medición negativa de temperatura, conocidos por sus siglas en inglés como NTC, son los que disminuyen la resistencia eléctrica en el momento que aumentan las temperaturas.
Este tipo de termistores son los más habituales y se utilizan para medir la temperatura del sistema, proteger los circuitos ante un posible sobrecalentamiento o climatizar la instalación.
Por otro lado, nos encontramos con los termistores de medición positiva de la temperatura. Funcionan de manera contraria, aumentando la resistencia al mismo tiempo que aumenta la temperatura.
En este caso, la resistencia aumenta de golpe, al contrario que en el caso anterior. Sucede así para proteger contra la sobrecorriente, la polarización y en otros casos como los calefactores autorregulables.
Aunque los hayamos dividido anteriormente entre los termistores de medición positiva y los de medición negativa, se puede establecer otra distinción según cuál sea su finalidad inmediata.
En este caso, nos encontramos con que pueden estar pensados para la medición (llevar un control sobre el aumento de la temperatura en la instalación eléctrica) o acción (actuar para evitar que se sobrecaliente todo el sistema o una pieza en específica).
Son un elemento que se utiliza en una gran variedad de dispositivos, como los hornos, calderas industriales o sistemas de calefacción aparte de las ya mencionadas instalaciones eléctricas.
Por todo esto, es bastante frecuente que el termistor sea el principal encargado de controlar la temperatura del dispositivo. Por supuesto, se puede apoyar en otros aparatos para cumplir mejor su tarea.
Es recomendable que, aparte de usar este tipo de sistemas de defensa para la instalación eléctrica, te equipes con el equipo necesario para la detección temprana, como puede ser un detector de incendios. Gracias a esto, podrás actuar si el termistor falla.
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