Sostenibilidad
Tipos de centrales eléctricas: ¿cuál es más sostenible?
Las centrales eléctricas son instalaciones industriales donde se genera electricidad a gran escala y ayudan a abastecer nuestros hogares.
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Luchar contra el cambio climático es una responsabilidad de todos, pero ¿cómo hacerlo? Por suerte, cada vez existen más fuentes renovables de energía que nos permiten cuidar el planeta. En ese sentido, hay algunos tipos de centrales eléctricas que pueden ayudarnos, pero ¿cuál es más sostenible?
En este artículo te explicamos cómo funciona una central eléctrica, cómo abastece energéticamente nuestros hogares, industrias y sistemas de transporte y mucho más.
En pocas palabras, una central eléctrica es una instalación industrial donde se genera electricidad a gran escala. Esta energía es esencial para el funcionamiento de nuestras ciudades y cualquier otra zona habitable, ya que abastece nuestros hogares pero también las industrias y los sistemas de transporte.
Estas son las principales funciones de las centrales eléctricas:
Ahora que ya sabes cómo funciona una central eléctrica, cabe destacar que existen varios tipos de centrales, dependiendo de cuál sea la fuente de energía que utilicen para generar electricidad. Además, como veremos luego, no todas las centrales eléctricas son igual de sostenibles para el medioambiente.
Es una de las más conocidas y utilizadas. Las centrales térmicas aprovechan el calor generado por la combustión de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) para producir vapor que mueve una turbina y genera electricidad. Son eficientes, pero emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
Además del carbón, gas natural y petróleo, algunas centrales térmicas pueden utilizar biomasa y otros residuos orgánicos a modo de combustible, reduciendo ligeramente su impacto medioambiental.
No obstante, además de los gases de efecto invernadero, las centrales térmicas emiten otras partículas tóxicas muy peligrosas para la atmósfera, como óxido de nitrógeno y azufre. También contribuyen a la lluvia ácida.
Por otro lado, tenemos las centrales nucleares que aprovechan la energía liberada en las reacciones nucleares para generar calor y producir electricidad. Aunque son muy eficientes, generan una gran cantidad de residuos radiactivos que después son muy difíciles de gestionar.
Uno de los principales peligros de este tipo de central se debe a la fisión nuclear de elementos tóxicos como el uranio, el proceso a través del cual se obtiene la energía en las centrales nucleares.
Además, la seguridad es una preocupación fundamental en las centrales nucleares por los riesgos asociados a la radiactividad. No obstante, cada vez se han desarrollado sistemas de prevención más potentes para evitar accidentes.
Ahora bien, no podemos olvidar que los residuos nucleares son altamente radiactivos y que necesitan ser almacenados de forma segura durante miles de años. Como te decíamos antes, estos residuos son muy complicados de gestionar y supone un gran desafío global. Al fin y al cabo, este proceso es muy complejo y costoso.
Las centrales hidroeléctricas aprovechan la energía cinética del agua en movimiento (como ríos, pantanos y embalses) para mover turbinas y generar electricidad. Aunque son una fuente de energía renovable, pueden afectar a los ecosistemas acuáticos. Por eso, son renovables pero no sostenibles.
Además de afectar a los ecosistemas acuáticos, la construcción de grandes embalses puede provocar grandes desplazamientos de población y contribuir al aumento del cambio climático: sequías, lluvias torrenciales, etc.
También hay que tener en cuenta que construir una central hidroeléctrica depende, en gran medida, de los recursos hídricos y del terreno de una zona. Por eso, no todos los lugares del mundo pueden tener una central de este tipo.
Es una de las centrales más sostenibles. Capturan la energía del viento a través de aerogeneradores que hacen girar turbinas conectadas a generadores eléctricos. Si bien son una fuente de energía limpia y renovable, dependen de las condiciones climáticas de la zona.
Además, existen diferentes tipos de aerogeneradores según el tamaño, diseño y capacidad de generación de electricidad. No obstante, debes considerar que los parques eólicos pueden generar impactos acústicos y visuales negativos en el paisaje aunque los costes de instalación hayan disminuido en los últimos años.
Este tipo de centrales transforman la energía solar en electricidad mediante paneles fotovoltaicos o utilizan la radiación solar para generar calor y producir vapor. Aunque son una fuente de energía limpia y renovable, su eficiencia depende de la radiación solar.
Actualmente, el almacenamiento de la energía solar es un desafío importante, ya que la producción de energía solar varía según las condiciones climáticas. Además, el potencial solar para generar electricidad dependerá de su ubicación geográfica y, por tanto, de la cantidad de radiación solar que reciba.
En definitiva, las centrales eléctricas más sostenibles son aquellas que utilizan fuentes de energía renovables y minimizan su impacto medioambiental. Por eso, las centrales eólicas y solares son las más responsables con el medioambiente al no emitir gases de efecto invernadero y utilizar recursos naturales inagotables.
Sin embargo, debes saber que su implementación a gran escala presenta importantes desafíos técnicos y económicos para la población. Sea como sea, la transición hacia un sistema energético más limpio y seguro es esencial para combatir el calentamiento global y construir un futuro más sostenible para todos.
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