Ya se ha marchado el verano y comienzan a bajar las temperaturas. La calefacción supone un enorme gasto para la mayoría de las economías domésticas españolas. Además de provocar emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera que tienen un importante impacto en el medio ambiente. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
En la entrada de hoy os vamos a mostrar los mejores consejos para ahorrar en la calefacción. Veremos algunos trucos muy simples para aumentar el rendimiento del gas natural. Así como las claves para hacer un uso responsable y ser más respetuosos con la naturaleza.
La respuesta corta es sí. No obstante, la cantidad varía en función del frío que haga en la zona, el tipo de casa y el número de personas que convivan en ella. En cualquier caso, la calefacción suele ser uno de los gastos energéticos más importantes, que para algunas familias supone hasta el 50% del total de las facturas.
Lo mejor de todo es que no hace falta que realices ninguna inversión. Simplemente has de cambiar algunos hábitos y seguir los consejos que os mostraremos más adelante para obtener interesantes resultados.
Según las estadísticas, en España el 60% de los hogares cuenta con algún sistema de calefacción como estufas o aire acondicionado. Un porcentaje que se incrementa a cada año. A continuación, vamos a ver los tipos más habituales que podemos encontrar.
La calefacción eléctrica es uno de los métodos más frecuentes para calentar nuestra casa. Existen distintos dispositivos, como los radiadores, los acumuladores eléctricos o las calderas. ¿Problema? Lo más probable es que tengamos que ampliar la potencia contratada con nuestro suministro, aumentando en gran medida la factura a fin de mes. Pero tiene la gran ventaja de ser limpia y no emitir gases tóxicos, que pueden provocar graves problemas de salud.
Es todavía la elección más popular para la mayoría de familias españolas. Podemos elegir entre las clásicas bombonas de butano o el gas natural. Aunque su red de infraestructuras aumenta cada año, todavía hay puntos de nuestra geografía que nos son accesibles, siendo este su principal inconveniente. Por lo demás, se trata de un sistema muy económico, seguro y sencillo
Es posiblemente el método más eficiente que existen en la actualidad, además de ser muy respetuoso con el medio ambiente. El único problema es su considerable desembolso, en torno a los 60 euros por metro cuadrado. Los suelos radiantes requieren además una serie de obras, por lo que se suelen instalar en viviendas que se están reformando. Y aumentan la altura del recrecido en unos 10 centímetros, por lo que es indispensable llevar a cabo un estudio inicial.
Con la progresiva subida de la electricidad y el gas en los últimos años, calentar nuestra vivienda durante los meses de invierno puede resultar muy complicado. Por suerte, existen algunos trucos que reducirán notablemente los gastos en las facturas.
Algunos usuarios aumentan de tal forma la potencia del calefactor que parece que estén en verano. Es mucho mejor buscar un punto intermedio en el que puedas llevar un jersey y la temperatura sea confortable. Los termostatos son ideales para controlar este parámetro, permitiendo un ahorro de hasta un 15% en el consumo mensual.
Si solo estás en casa durante unas horas al día, tener la calefacción encendida todo el tiempo supone un gasto innecesario. De igual manera, no calientes habitaciones que no uses. Te recomendamos que programes el encendido más o menos una hora antes de que llegues. Así, tu hogar tendrá una temperatura muy agradable con la mínima incidencia en la factura.
Se calcula que un 30% del gasto de calefacción se debe a las pérdidas de temperatura provocadas por las ventanas, puertas y otros elementos de nuestro hogar que no están convenientemente aislados. Por lo que invertir en este aspecto supone a largo plazo un ahorro que notará tu bolsillo.
Es necesario sacar el aire de los radiadores una vez al año, normalmente coincidiendo con el inicio de los meses de invierno. De lo contrario, se acumulará la suciedad provocando una grave disminución de su rendimiento.
En España, las facturas del gas se sitúan en una media de 40 euros mensuales. Cifra que nos coloca en tercera posición en gastos europeos, por encima de otros países más fríos como Finlandia. Su consumo se utiliza para calentar el agua, cocinar o proporcionar una temperatura más agradable en nuestra vivienda. Y también existen algunos trucos muy sencillos que nos permitirán ahorrar una enorme cantidad de dinero.
La luz del sol es una fuente de calor inagotable y totalmente gratis. ¿Por qué desaprovecharla? Por ejemplo, en días soleados puedes subir las persianas para que las habitaciones se calienten sin necesidad de usar la calefacción. También puedes usarla como iluminación y de paso ahorrar gastos en la factura eléctrica o instalar placas solares en casa y producir tu propia energía.
La temperatura adecuada para estar en casa es de 21 grados, que varía en función de cada persona y las características del inmueble. Ajusta el termostato para no pasarte demasiado. Ya que se estima que cada grado por encima aumenta el gasto hasta en un 7%. De hecho, si tu familia es numerosa, puede ser buena idea bajar un par de grados la calefacción para que el ambiente no se cargue demasiado.
Darse un baño se ha convertido en prácticamente un lujo para muchos hogares. Nuestro consejo es que te duches y lo hagas lo más rápido que puedas. También que cierres el agua mientras te enjabonas. Y no calientes el agua por encima de los 45 grados, ya que es una temperatura excesiva que implica mayor gasto. Además de reducir costes, haremos un uso responsable de un bien cada vez más escaso.
Y ya que mencionamos este tema, hay que tener en cuenta que incrementar el uso de la calefacción tiene consecuencias muy negativas para el medio ambiente. Pese a los importantes avances en materia de energía limpia y renovable, la producción de electricidad y gas provoca emisiones contaminantes de dióxido de carbono a la atmósfera. Ya que el proceso se sustenta en buena parte en combustibles fósiles.
Estas sustancias nocivas para el ser humano son las principales culpables del cambio climático y el efecto invernadero. Por lo tanto, debemos reducir el consumo aprovechando la orientación de nuestra vivienda y las horas de sol que reciba al día. Programar la temperatura para que esté siempre entre los 19 y 21 grados. Y revisar cada cierto tiempo el estado de los radiadores, ya que la suciedad puede obstruir el paso del aire caliente.
Lo primero es lo más evidente, a ser posible se debe mejorar el aislamiento en ventanas y tener instalado un termostato. Una buena instalación es lo básico para no andar desperdiciando el calor.
A ser posible, busque un termostato que se pueda programar. A nadie le gusta llegar a casa y encontrarla fría, del mismo modo que tampoco estar esperando a última hora para apagarla. Una programación eficiente puede hacer que nos quitemos la preocupación y ahorremos. Por ejemplo, podemos programarla para que se desactive media hora antes de acostarnos, y ahorrar ese tiempo.
La calefacción más eficiente son los radiadores de agua de toda la vida. Aunque tengamos otra clase de calefacción, estos son los más cómodos y de mayor ahorro.
En casos desesperados, cuando el frío se cuela por las paredes, se puede aumentar el aislamiento con planchas de poliuretano. Bloquean el frío exterior y no son demasiado caras de instalar.
En la cama, más vale tener un nórdico o mantas que dejar enchufada la calefacción. Un gasto de unos cuantos euros nos puede ahorrar mucho dinero. Parece obvio, pero todavía hay quien pone la calefacción por la noche para no pasar frío.