¿Cómo se forma la lluvia ácida?

21 Diciembre 2020 - Actualizado 31 Enero 2024
Lluvia ácida, causas y efectos en el medio ambiente

Uno de los fenómenos que provocan consecuencias muy negativas para el medio ambiente es la lluvia ácida. ¿Cómo se forma? ¿Por qué se produce? Veamos en este post una definición de lluvia ácida, su relación con el efecto invernadero y qué soluciones se pueden aplicar para evitarla.

¿Qué es la lluvia ácida?

Creemos que los fenómenos de la naturaleza que a veces pueden resultar devastadores son fruto de un proceso natural incontrolable por el ser humano pero, en realidad, la mano del hombre está detrás de muchas de esas catástrofes que de vez en cuando ocurren.

La contaminación atmosférica provocada por las personas está detrás de uno de esos fenómenos de graves consecuencias para el medio ambiente.

Hablamos de la lluvia ácida, que llega a la superficie terrestre a través de las precipitaciones. Los gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan con el oxígeno y con el vapor de aire y se transforman en ácidos que, una vez que regresan a la tierra en forma de lluvia, contaminan el suelo y las aguas ocasionando graves daños en el ecosistema, por lo que son un grave peligro para los seres vivos.

La lluvia ácida se produce en unas zonas más que en otras, igual que ya vimos en este blog que hay unos países más contaminantes que otros. En España, por ejemplo, esas regiones en las que más se produce este fenómeno son Galicia y País Vasco, aunque también en ciertas partes de Cataluña y Murcia, que es donde hay una mayor actividad industrial, una de las causas principales que provocan la lluvia ácida.

Principales causas de la lluvia ácida

La mayor parte de las emisiones de dióxido de azufre y de óxido de nitrógeno que se producen son ocasionadas por el ser humano por la quema de combustibles en las industrias y en las centrales energéticas y por el uso de vehículos a motor. Y también se emite amoniaco en las explotaciones ganaderas intensivas a través de la descomposición de materia orgánica.

Estos tres gases contaminantes, al entrar en contacto con la atmósfera, se oxidan y generan ácido sulfúrico y ácido nítrico, dos elementos altamente contaminantes que se disuelven en las nubes y que caen a la tierra mediante gotas de lluvia, niebla o copos de nieve.

Pero, como decimos, aunque la mayoría de las veces es culpa del ser humano, también hay otras causas que dan lugar a la lluvia ácida.

El dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno

El dióxido de azufre y el óxido de nitrógeno son los dos compuestos principales a los que está ligada la lluvia ácida. Cuando ambos se acumulan en el aire y alcanzan altos niveles de concentración, al entrar en contacto con el agua o el oxígeno provocan una fuerte contaminación ambiental.

Son dos sustancias que, además de disolverse fácilmente en el agua, también se pueden esparcir con mucha facilidad con el viento, por lo que esa contaminación no se concentra en un punto concreto, sino que se extiende provocando desastres en la naturaleza.

Es uno de los principales peligros de la lluvia ácida: su alta capacidad para extenderse a grandes extensiones del ecosistema.

Las actividades del ser humano

Como hemos mencionado antes, una de las principales causas de la lluvia ácida es la incidencia del ser humano. Son muchas las actividades del día a día que contribuyen a la emisión de partículas contaminantes que quedan suspendidas en el aire y que, después, al entrar en contacto con la atmósfera y mezclarse con las precipitaciones, vuelven a la tierra en forma de lluvia ácida.

Desde el funcionamiento de las industrias al uso del transporte se basan en el consumo de combustibles fósiles. Por eso, la mayor concentración de agentes contaminantes se encuentra en las zonas urbanas e industriales, que es además donde mayor población vive.

Esta contaminación no se queda estática en un lugar, sino que es transportada por el viento. Eso amplía también los efectos de la lluvia ácida a más zonas, lo que es más peligroso aún.

Los desastres naturales

Además de la mano del hombre y de la acumulación de dióxido de azufre y de óxido de nitrógeno, la lluvia ácida también puede producirse por causas naturales.

Dos de los principales fenómenos que pueden dar lugar a estas precipitaciones contaminantes son las erupciones volcánicas y los terremotos.

Cuando se producen desastres naturales de este tipo se libera una gran cantidad de partículas contaminantes a la atmósfera, lo que da lugar a la denominada contaminación atmosférica.

Las precipitaciones posteriores hacen que esas partículas contaminantes se viertan al suelo y al agua.

Lluvia ácida y efecto invernadero

Denominamos lluvia ácida a la que se produce cuando aumenta el dióxido de azufre, un elemento que puede tener efectos muy negativos en todos los seres vivos.

La contaminación, en cualquiera de sus formas, puede contribuir a un calentamiento generalizado de la Tierra que se conoce como el efecto invernadero.

Por tanto, la lluvia ácida puede terminar ocasionando serios problemas medioambientales y, al extenderse de una manera tan fácil a lugares muy alejados de donde se produce, es mucho más peligrosa de lo que pensamos, no sólo para el ecosistema o para el resto de seres vivos que habitan en él, sino también para el ser humano.

Tanto la lluvia ácida como el efecto invernadero son fenómenos perjudiciales para el medio ambiente que, además, provocan la destrucción de la capa de ozono, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva.

Soluciones de la lluvia ácida

Saber en qué consiste la lluvia ácida nos puede ayudar a tomar conciencia y, por supuesto, a implantar medidas para evitar todo lo posible las consecuencias de la lluvia ácida. Iniciativas como el pacto verde europeo se centran en reducir la contaminación y también hay otras soluciones para reducir este fenómeno. Aquí tienes algunas de ellas:

  • Reducir el consumo de los combustibles fósiles.
  • Impulsar el consumo de gas natural en la industria.
  • Fomentar el transporte eléctrico.
  • Ahorrar energía en los hogares.
  • Fomentar el uso de transporte público.

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