Proteger el medio ambiente es una tarea que nos incumbe a todos. Por desgracia, en los últimos años los niveles de contaminación mundiales han aumentado hasta situarse en cifras alarmantes. Provocados en su mayor parte por el uso indiscriminado de combustibles fósiles en el transporte o la industria. Así como envases de plástico y otros hábitos cotidianos que son muy perjudiciales para la naturaleza.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? En la entrada de hoy vamos a hablar del consumo de energía responsable y cómo ayudar al planeta. Veremos los distintos tipos de recursos no contaminantes que existen. Y acabaremos con las mejores formas de ahorrar energía y gastos en tu factura de la luz.
Las energías renovables son aquellas que se basan en la luz solar, el calor de la tierra, la fuerza del viento o las corrientes de agua. Se caracterizan por ser inagotables y muy respetuosas con la naturaleza. A continuación, vamos a ver las más importantes.
Los paneles fotovoltaicos son uno de los métodos más frecuentes para el autoconsumo y la generación de energía limpia y renovable. Están formados por células que retienen los rayos ultravioletas del sol y mediante un generador se transforma en electricidad. Se pueden usar sin problemas en nuestros hogares, instalando los paneles en los techos y prácticamente cualquier tipo de superficie.
La energía eólica también es una de las más importantes en España, donde los aerogeneradores forman parte de nuestro paisaje desde hace muchos años. Los nuevos diseños han reducido sus dimensiones. E incluso hay modelos muy avanzados que carecen de aspas, por lo que se han vuelto muy populares en viviendas unifamiliares.
La energía geotérmica aprovecha el calor producido en el interior de la tierra para calentar nuestros hogares y otros usos industriales. Es muy eficaz para generar agua caliente sanitaria y suele utilizarse en combinación de paneles fotovoltaicos o aerogeneradores. Para así disfrutar de un considerable ahorro en las facturas de la luz.
Las presas y embalses son capaces de producir una enorme cantidad de energía debido al desnivel y la fuerza del agua. De hecho, se calcula que en la actualidad casi el 20% de la electricidad generada en todo el mundo proviene de la energía hidráulica. Que sirve para abastecer a las ciudades y las industrias. Esto supone un 13% menos de emisiones de CO2 a la atmosfera, un esfuerzo que todavía es insuficiente.
El combustible de biomasa está formado generalmente por pellets. Se trata de cilindros compactos fabricados a partir de residuos vegetales y orgánicos, como por ejemplo los restos de podas y basuras. No solo no hace falta cortar árboles, sino que ayuda a la eliminación de malas hierbas y previene los incendios. La biomasa se utiliza para calentar las viviendas, aunque algunas instalaciones industriales son capaces de transformarla en electricidad.
Si no tomamos medidas a tiempo, nuestros nietos heredarán un mundo con escasos recursos naturales y un enorme problema medioambiental. Que además afecta a la propia salud del ser humano. Las energías no contaminantes que acabamos de ver suponen la mejor solución a este problema. Son respetuosas con el medio ambiente. Durarán para siempre. Y además nos permiten limitar los gastos en las facturas de suministros.
¿Quieres saber cómo ahorrar energía en casa? Tras la eliminación del impopular “impuesto al sol” y las facilidades administrativas, el autoconsumo en España se ha convertido en la opción favorita por muchos usuarios. Solo en el sector de las placas solares, la instalación de placas solares han aumentado en torno a un 80% con respecto al año pasado.
Al igual que la energía eólica o geotérmica, requiere una inversión inicial bastante considerable. Pero a partir de los 5 o 7 años se amortizará por completo. Y toda la energía que generes será 100% gratuita y limpia. De forma que el beneficio para el planeta también alcanza a nuestro bolsillo. Algo indispensable para aliviar a las maltrechas economías domésticas españolas.
Aunque hayas instalado paneles solares o aerogeneradores en tu vivienda, es necesario que solo gastes la energía que realmente necesitas. Por fortuna, evitar el sobreconsumo es posible simplemente cambiando algunos hábitos en nuestro día a día. Para empezar, aprovecha siempre que puedas la luz natural. Sobre todo en nuestro país, que se caracteriza por tener muchos días de sol al año.
Apaga las luces que no te hacen falta. Y sustituye progresivamente tus bombillas incandescentes o de bajo consumo por luces LED. Que además de una luminosidad perfecta gastan mucho menos energía. De igual forma, desconecta cualquier electrodoméstico que no uses quitando el enchufe. Ya que los aparatos en stand by siguen consumiendo energía. También el cargador de tu móvil.
Y finalmente, vamos a hablar de la temperatura adecuada para tu hogar. Por norma general, suele estar en torno a los 20 o 23 grados en invierno. Mientras que en verano se sitúa sobre los 22 o 25 grados. Nuestro consejo es que programes los termostatos para que nunca superen estos niveles. Ya que la temperatura sería excesiva y supondría un gasto innecesario cada mes.
Es uno de los sistemas de calefacción más sostenibles e interesantes de todo el mercado y su coste de instalación no ha dejado de reducirse.
Es el sistema de calefacción favorito para los que apuestan por la modernidad, y está reportando grandes ahorros a quienes lo instalan.
Elegir la iluminación más sostenible para tu casa te puede ayudar a ahorrar una buena cantidad de energía y de dinero cada mes.
La elección de un sistema u otro te puede permitir reducir en la factura durante los meses más fríos.
Estas curiosas palancas del cuadro son el timón principal que protege y controla detalladamente toda la instalación eléctrica en los hogares.
Al coste de la energía y los precios relacionados con el mantenimiento, hay que añadir siempre la tarifa aplicada a la instalación de la caldera de gas.
