El agua es un recurso esencial para todos los seres vivos de la Tierra. Sin embargo, hay millones de personas que no tienen acceso a ella, bien sea por la escasez o los efectos de la polución. Y aunque existen sistemas para depurarla, son demasiado costosos como para abastecer a grandes poblaciones, así que no nos queda otro remedio que atajar directamente este problema.
Si quieres saber más, te recomendamos que no te levantes del asiento, ya que en la entrada de hoy vamos a hablar de las causas de la contaminación del agua y sus consecuencias. Pero antes, déjanos que empecemos aclarando este concepto.
Se trata de un proceso de deterioro de la calidad de este elemento, debido a la presencia de productos químicos o de otro tipo que tienen una densidad superior al agua. Esto la vuelve completamente tóxica, por lo que las especies marinas no pueden habitar en ella y los seres humanos enfermarán si la consumen. Es decir, que sus efectos negativos afectan tanto a la salud como la sostenibilidad del medio.
Por supuesto, el hombre es el principal culpable de esta situación, aunque también puede ocurrir debido a causas naturales. En este último caso, la polución suele estar provocada por el mercurio que existe en algunos mares y dentro de la corteza terrestre. Y también por la ceniza volcánica o el derrame de hidrocarburos, que se caracterizan por ser altamente contaminantes.
En cuanto a los motivos antrópicos, uno de los más importantes son los vertidos de metales tóxicos como el plomo o el asbesto, que son propios de muchas industrias pesadas. Así como aceites y desechos sólidos, que pueden causar enfermedad por contaminación del agua. De hecho, un estudio de National Geographic afirma que cada 4 segundos nuestros océanos reciben una tonelada de basura proveniente del sector industrial.
Otro de los principales problemas para la sostenibilidad del planeta es el plástico, algo que está directamente relacionado con nuestros hábitos de consumo. Tan insostenible es la situación que han detectado varias islas de plástico en los océanos. La más grande está situada en el Pacífico y tiene una extensión superior al millón y medio de kilómetros cuadrados.
También podríamos hablar de la agricultura y la ganadería intensiva. En ocasiones utilizan fertilizantes y pesticidas artificiales, actividad que está muy relacionada con la contaminación del agua subterránea. O bien de la polución de origen doméstico, ya que en nuestros hogares usamos detergentes y productos químicos que acaban en el desagüe. Y finalmente, mencionaremos la contaminación de los barcos, que cada año arrojan a las aguas toneladas de litros de combustible y otros desechos.
Los contaminantes acuáticos afectan en gran medida a la biodiversidad de los ecosistemas y están en el origen de la desaparición de numerosas especies. También alteran las propiedades del agua, por lo que no es apta para el consumo humano. Esto tiene consecuencias muy graves, ya que la OMS ha determinado que la escasez de agua potable es la principal causa de muerte en todo el mundo.
Para que te hagas una idea, más de 2.000 millones de personas no tienen acceso a este recurso básico, lo que supone casi un tercio de la población mundial. La única solución que les queda es consumir de fuentes insalubres, que provocan enfermedad por contaminación del agua. Siendo las más habituales el cólera, la disentería o la hepatitis.
Además, los metales pesados que afectan a los peces finalmente acabarán en nuestra mesa. Y al entrar en nuestro organismo están en el origen de algunos tipos de tumores y patologías degenerativas. Por todo ello, es indispensable el compromiso de los gobiernos, las empresas y el conjunto de la sociedad. Para así entre todos atajar directamente el problema de la contaminación del agua y encontrar soluciones a corto plazo.
A continuación, vamos a enumerar los países que tienen mayores problemas en la actualidad con la contaminación hídrica.
Además del carácter desértico de este país, las continuas guerras han contaminado las escasas fuentes de agua que había con productos químicos y otros componentes muy perjudiciales para la salud. De hecho, conseguir agua potable en las ciudades más afectadas por la inestabilidad política es prácticamente imposible para la mayoría de la población.
Durante las últimas décadas, el gobierno del Chad ha ignorado las políticas ecológicas y utilizado indiscriminadamente metales pesados y pesticidas. A lo que hay que sumar la ausencia de saneamientos generalizados. Por todo ello, tiene el dudoso honor de ser el país de África con menor porcentaje de acceso al agua. Según datos oficiales, el 91% de sus habitantes tiene que consumir agua en mal estado cada día, lo que provoca infecciones estomacales o encefalitis que han adoptado tintes endémicos.
Debido a la alta demografía y la carencia de servicios sanitarios, dos tercios de la población de la India tienen dificultades para conseguir agua potable y otros suministros básicos. Las cifras son desoladoras. Este problema afecta a más de 700 millones de ciudadanos y cuando hablamos de la contaminación del agua para niños resulta más dramático aún. La ONU estima que en la India mueren anualmente más de 2 millones de menores de 5 años, casi todos ellos debido a enfermedades contraídas por el consumo de agua en mal estado.
Ahora llega el turno de mencionar a los principales tipos de contaminación del agua que podemos encontrar.
Están formados por virus y bacterias que transmiten enfermedades como el cólera o el tifus. Suponen la principal causa de muerte en los países en vía de desarrollo, especialmente entre la población infantil. Estos microbios suelen llegar al agua a través de las heces de las personas que están infectadas con las mencionadas patologías, volviéndola insalubre y muy peligrosa para el consumo.
Engloba todos los residuos orgánicos provocados por los seres vivos del planeta, incluidas las heces y otros materiales en descomposición. Cuando su cantidad es demasiado alta, comienzan a proliferar una serie de bacterias que acaban con el oxígeno, impidiendo que las especies marinas puedan seguir viviendo en los mares y ríos.
Aquí se incluyen las sales, ácidos y metales tóxicos como el plomo o el mercurio que afectan directamente a nuestra salud. También los nutrientes inorgánicos de origen vegetal como el nitrato o fosfato. Que si bien son indispensables para el desarrollo de las plantas, cuando su porcentaje es demasiado alto impiden la oxigenación del agua. Y finalmente tenemos los desechos inorgánicos, en su mayoría formado por el petróleo, disolventes y plásticos, que pueden tardar cientos de años en biodegradarse.
La contaminación del agua natural es una situación global que también afecta a nuestro país. En este sentido, las aguas subterráneas se están viendo afectadas por los vertidos domésticos e industriales. Especialmente perjudicial son los desechos de amonio, una sustancia que se encuentra en las redes de saneamiento.
Otro grave problema es la filtración de fertilizantes químicos propios de la agricultura y la ganadería, que incrementan los niveles de nitratos y suponen una grave amenaza para la salud. Sin olvidarnos de la explotación indiscriminada de este recurso, que sobrepasa en muchas ocasiones su tasa de recarga.
Esto produce un descenso de los niveles freáticos, que tiene como consecuencia la salinización del agua. Efectos que se notan especialmente en el sureste peninsular y en zonas cercanas a la costa. Además de las enfermedades y problemas de abastecimiento, si no cuidamos las reservas actuales nuestro país experimentará una creciente desertización del territorio. Así como pérdidas de biodiversidad en la fauna marina y animal.
Y hasta aquí nuestra entrada de hoy, en la que hemos hablado de la contaminación del agua, sus principales causas y consecuencias. ¿Crees que la población todavía no está concienciada con este problema? ¿Deberíamos ser más responsables con su consumo y conservación? Sea cual sea tu respuesta, nos encantaría leerla en los comentarios. ¡Hasta la próxima!
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