Las energías renovables se obtienen de fuentes naturales que son limpias y sostenibles, por lo que en la actualidad se han convertido en las principales alternativas a los combustibles fósiles. Sirven para abastecer las necesidades del suministro eléctrico, la calefacción o el transporte, con la gran ventaja de no emitir gases contaminantes a la atmósfera ni perjudicar la salud de los seres vivos del planeta.
¿Te interesa este tema? ¡Estas en el lugar perfecto! Ya que en la entrada de hoy vamos a hablar del agua como energía renovable. Analizaremos los diferentes tipos de fuentes de energías limpias que podemos encontrar en la actualidad y conoceremos del funcionamiento de una planta hidroeléctrica. ¡Comenzamos!
La #energiarenovable más limpia es el #agua. Conoce cómo funciona una central hidroeléctrica
El agua es la energía renovable menos contaminante y en muchas partes del mundo es virtualmente inagotable. Los 3 tipos de energía del agua más populares son las centrales hidráulicas, las minihidráulicas y las instalaciones mareomotrices. A continuación, vamos a ver cada una de ellas en más detalle.
También conocida como hídrica, la energía hidráulica se obtiene a partir de las corrientes de grandes saltos de agua, que accionan una turbina capaz de transformar este movimiento en electricidad. Se pueden aprovechar las cascadas naturales o bien construir presas para conseguir el mismo efecto, aunque en este último caso el impacto es más sensible en el entorno. Si quieres más detalles sobre esta energía del agua, más adelante veremos cómo funciona una central hidroeléctrica.
Esta energía renovable aprovecha los saltos de agua para producir electricidad con ayuda de una microturbina, por lo que no depende de la construcción de presas para funcionar con total efectividad. Se utiliza sobre todo para proporcionar energía a edificios aislados o generar electricidad para vender el excedente a las compañías. Se caracteriza por no ser intermitente como los paneles fotovoltaicos o los aerogeneradores y carecer de impacto ambiental, algo imprescindible para combatir el aumento de las temperaturas y el cambio climático.
Cuando nuestro planeta y la Luna se alinean provocan lo que se conoce como marea alta, un fenómeno que mueve ingentes toneladas de agua hacia las costas y es totalmente predecible. La energía mareomotriz aprovecha la fuerza de estas mareas para producir electricidad, basándose en un sistema similar al de los tradicionales molinos de viento. Además, podemos encontrar otros sistemas como el Dynamic Tidal Power o las vallas de mareas, tecnologías que todavía están en desarrollo y jugarán un papel destacado en el futuro.
El agua es la principal fuente de energía renovable en la actualidad, ya que posee una enorme capacidad para producir electricidad y es inagotable. Pese a ello, según datos oficiales de la UNESCO, apenas el 20% de la energía producida en el mundo provienen de las hidroeléctricas o los sistemas mareomotrices. Los mayores productores en la actualidad son Estados Unidos, Canadá y China. Mientras que en el continente europeo los países que más usan la hidroelectricidad son Francia, Italia y España.
Las centrales hidroeléctricas no necesitan combustibles fósiles como la gasolina, el carbón o el gas para funcionar, por lo que no emiten gases contaminantes a al atmósfera y no causan el efecto invernadero. Además, permiten reducir en gran medida la dependencia energética del exterior, que en España alcanza hasta el 70% del total consumido cada año. Y nos ayudan a preservar los recursos naturales del planeta, para que así nuestros hijos y nietos hereden un mundo en el que merezca la pena vivir.
La energía hidroeléctricaComo hemos visto a lo largo de la entrada de hoy, la energía hidroeléctrica utiliza los cursos fluviales y la construcción de presas para crear saltos de agua y transformar esta fuerza en electricidad. En las instalaciones de alta montaña las grandes caídas de agua son el principal recurso. Por su parte, en los lagos y cuencas las diferencias de altura son mínimas, por lo que se contrarresta con ingentes masas de agua.
La energía mecánica resultante se convierte en electricidad con ayuda de un generador de inducción electromagnética. Y finalmente, se almacena para distribuirla en los picos de mayor demanda o casos situaciones urgentes. En general, estamos ante una fuente de energía renovable, limpia y sumamente económica.
Sin embargo, la construcción de depósitos artificiales conlleva la inundación de grandes superficies, con el consiguiente impacto ambiental y daños en el ecosistema. Y de vez en cuando suceden accidentes, siendo el más sonado el desastre de la presa de Vajont en la década de los 60.
Muchas de las centrales hidroeléctricas en nuestro país están a punto de superar su vida útil, así que se ha abierto un debate sobre si merece la pena seguir apostando por ellas. Y es que hay muchos expertos que tienen dudas sobre la validez ecológica de este sistema.
El futuro de las centrales hidráulicas pasa por una mayor madurez en la toma de decisiones, instalando las plantas en zonas que no afecten al entorno y mejorando la tecnología para no perjudicar los ecosistemas. Una tarea a largo plazo que requerirá años de investigación y la total implicación de la administración y el sector privado.
¿Y tú que opinas? ¿Crees que la hidroeléctrica es una alternativa real a los combustibles fósiles? ¿O piensas que todavía causa demasiados problemas en nuestros días? ¡Estamos deseando leerte en los comentarios!
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