Los pellets de plástico han protagonizado varios telediarios por sus vertidos en costas y contaminación del agua de los océanos. Vamos a explicarte los principales riesgos que presentan para el medioambiente y su correcta conservación.
La contaminación que provocan en el medioambiente no puede ignorarse. Es importante saber qué afecta a nuestro planeta y de qué forma lo hace. Solo así se podrá trabajar para evitar los efectos negativos que producen. No es suficiente con reciclar bolsas de plástico.
Los pellets de plástico son materiales muy útiles para la producción de productos plásticos, pero deben ser tratados adecuadamente para no contaminar el medio ambiente. Por un lado existen errores de reciclaje y, por otro, desastres ambientales producto de la mala praxis del ser humano.
A continuación, vamos a explicarte qué son los pellets, la información que hay sobre sus vertidos, los casos de la costa gallega española, su degradación con el paso del tiempo y los riesgos y consecuencias que traen de cara a la fauna y el medio marino.
Los pellets, también llamados “granzas”, son la materia prima con la que se elaboran diferentes productos plásticos. Son polímeros que pueden fundirse y darse la forma que se elija para fabricar un producto determinado.
La forma más habitual de fabricarlos y distribuirlos es en forma de bolitas. Puedes ser de diferentes tipos de plásticos como polietilentereftalato (PET), polietileno (PE) o polipropileno (PP), entre otros.
Las bolitas tienen un diámetro de escasos milímetros (entre 2 y 5 mm), pero son fácilmente visibles, y más grandes que el diámetro medio de un grano de arena, según los datos de la Asociación Nacional de la Industriales de Plásticos (ANAIP).
Se estima que al año se vierten al océano entre 52.000 y 184.000 toneladas de pellets según estudios de la Unión Europea. Estos vertidos se producen en su mayoría debido a una mala gestión en la cadena de producción y transporte de los pellets.
En 2019 se produjeron 460 millones de toneladas de pellets, y para 2040 se estima que la producción subirá a 540 millones de toneladas si no se implementan medidas para reducir su producción.
El sonado vertido de pellets (de polietileno) en la costa gallega es un desastre para las condiciones ambientales del entorno gallego. El material de dichos pellet posee una densidad inferior a la del agua del mar, por lo que flotan, siendo arrastrados por corrientes y mareas.
Esto provoca un movimiento de pellets que puede llegar a grandes distancias en el medio marino. Y si llegan a la costa, son arrastrados hacia tierra, impulsados por mareas y olas. Por esto es normal encontrarlos mezclados con otros residuos en la zona más alta que alcanzó la marea.
Además, los pellets pueden ser transportados de nuevo por el viento de la playa, o volver al agua con la próxima marea. Y con el efecto de las olas o las pisadas de la gente que pase por la playa, los pellets pueden ser enterrados en la arena.
Como ya hemos explicado, los polímeros que conforman los pellets son materiales inertes, pero esto no lo exime de posibles efectos nocivos para el medioambiente y para los animales.
Dependiendo de la composición del pellet, puede generarse un problema de toxicidad. En términos generales, los polímeros son materiales inertes, y por ello tienen una baja degradabilidad, pero esto no significa que no posean aditivos que puedan ser nocivos para los animales que los ingieran.
El vertido de pellets puede provocar consecuencias desastrosas para el medio y la fauna marina. Ésta última puede confundirlos con comida, provocándoles asfixia o una acumulación en el estómago. Además, por los aditivos de los pellets, se puede producir un impacto ecotoxicológico en el ecosistema.
Además, pueden operar como vector de transferencia de sustancias tóxicas que hayan absorbido del medio. Hay patógenos que se pueden adherir a los pellets (virus o bacterias) y ser transportados por todo el medio marino.
También pueden producir un impacto socioeconómico, con el cierre de playas, el impacto en instalaciones de acuicultura o un deterioro visual de hábitats que afecta a todo el medio marino.
Uno de los mayores riesgos para el medio ambiente del vertido de pellets es la contaminación por microplásticos. La contaminación producida por este material altera el ecosistema, afecta a la vida autóctonas y supone una gran amenaza para la pesca.
Además, de cara al impacto en la salud humana, aunque la mayoría de microplásticos son eliminados en peces, no sucede lo mismo con crustáceos y mariscos bivalvos. En estos últimos casos, pueden llegar más directamente al consumidor.
Una de las características de este material, que lo hace ideal para crear productos plásticos, es su alta durabilidad. Aguantan el paso del tiempo, y son difícilmente degradables.
Además, algunos tipos de pellet tienen aplicado un tratamiento para evitar la degradación por los ratos UV, haciendo su degradación más lenta.
Por esto, lo que suele pasar, es que se van degradando y rompiendo en partículas cada vez más pequeñas. Lo normal es que acaban formando microplásticos y nanoplásticos. Este tipo de contaminación conforma un gran problema medioambiental que no puede ignorarse.
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