Caminaba Don Quijote junto a Sancho su escudero hasta toparse con unos molinos de viento en medio del camino. Mientras el hidalgo peleaba contra lo que creía que eran gigantes, las aspas de estos molinos seguirían girando a merced del viento. Si bien, poco más que estas aspas queda de recuerdo en las actuales arquitecturas de aprovechamiento de energía eólica, que cada vez potencian con mayor fuerza el crecimiento del sector.
No es para menos, dado que los nuevos "molinos de viento" son más grandes, más efectivos, más rentables y más económicos.
En primer lugar las actuales turbinas de viento son más grandes porque alcanzan una mayor altura de su estructura y están fabricadas con materiales más ligeros, lo que les permite alzarse más cerca del cielo y conseguir captar de manera más eficiente la fuerza del viento, que luego convierten en energía eólica.
El interés creciente por este sector ha motivado una mejora constatable en el proceso de fabricación, que consecuentemente consigue una mayor eficiencia de la energía eólica. Se obtiene originalmente actuando sobre la cadena de suministro y los sistemas de manufactura, que posibilitan una reducción de costes en el primer proceso de fabricación. Con ello se consigue una mayor rentabilidad del beneficio obtenido con la energía eólica, que se convierte en un recurso todavía más eficiente.
Mejores construcciones y abaratamiento de producción motivan un crecimiento del sector, lo que a su vez provoca que la solicitud de turbinas de viento pase de ser algo puntual a una solicitud de fabricación a gran escala para producir energía eólica. Como sucede prácticamente en cualquier mercado, cuando las turbinas de viento son producidas en mayores cantidades, el coste total de fabricación e instalación de cada una de ellas se reduce considerablemente en comparación a unidades sueltas.
Pero además de que el sector evolucione hacia una mayor rentabilidad y eficiencia, es necesario también que el consumo de energía eólica, como energía renovable que es, cale en la sociedad y se presente como una alternativa factible y necesaria.
Lo cierto es que los problemas de polución acaecidos los últimos meses en grandes capitales del mundo, unidos a una concienciación generalizada de la necesidad de proteger el planeta respecto a emisiones y residuos contaminantes, presentan a la energía eólica como una posibilidad energética limpia y sostenible que vale la pena aprovechar.
Como también sucede con otros mercados, la participación de las nuevas tecnologías, principalmente protagonizada por las grandes empresas tecnológicas, ha motivado una evolución y expansión del aprovechamiento de la energía eólica a nivel mundial.
Facebook, Microsoft o Google son algunas de las empresas que vuelcan importantes presupuestos al desarrollo de infraestructuras que aprovechen al máximo la energía eólica, tanto por el bien económico de los ciudadanos de aquellas zonas del mundo donde se realiza la inversión, como también por defensa del medioambiente en todo el planeta.