El hidrógeno verde -también llamado hidrógeno renovable o e-Hydrogen- es un combustible limpio que permite generar energía cuando la electrólisis del agua se produce haciendo uso de la energía eólica o de la energía solar.
Se trata de la mayor innovación como combustible de los últimos años para evitar los efectos del efecto invernadero y del cambio climático.
Es todo un reto para los científicos, pues este gas está llamado a ser una pieza clave en la transición energética, ya que podríamos estar hablando de un combustible 'infinito' que no produce emisiones y cuyo único residuo es el vapor de agua.
Además, se trata de una apuesta común de la UE, que forma parte del ambicioso Pacto Verde Europeo como estrategia para lograr el objetivo de una neutralidad en emisiones en el territorio comunitario para 2050.
La realidad actual nos deja un dato preocupante: en el planeta se producen 120 toneladas de hidrógeno y el 95% se genera a partir de combustibles fósiles, lo que provoca una importante emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Es muy contaminante, pero es barato y eso agrava el problema.
A largo plazo, esta manera de producir hidrógeno no es sostenible. Por tanto, para lograr la descarbonización de la economía mundial que plantea la Unión Europea para 2050, los países ya incentivan la producción de hidrógeno verde. Éste se obtiene, como ya hemos mencionado, mediante la electrólisis, que es un proceso que aplica una corriente eléctrica para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Cuando esa corriente procede de energías cien por cien renovables, el producto resultante es completamente limpio.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que con esta manera de producir hidrógeno se evitaría la emisión de unos 830 millones de toneladas de CO2 cada año, pero genera todavía muchos interrogantes por sus altos costes de producción.
Muchos países tratan ya de encontrar la manera de resolver sus necesidades energéticas sin dañar el medio ambiente y uno de los retos es lograr la producción de hidrógeno verde a un precio accesible. De momento, sólo se ha usado este método en ocasiones especiales. Por ejemplo, para potenciar las naves espaciales de la NASA.
Pero las presiones para reducir la contaminación ambiental de manera urgente han llevado a diferentes países y compañías a ponerse las pilas en la apuesta por las energías limpias. ¿Cuáles son algunas de ellas?
Son sólo algunos ejemplos de todos los pasos que se están dando para conseguir la implantación del hidrógeno verde a medio plazo.
Ya hemos dicho del hidrógeno verde que es una energía limpia porque se produce a través de energías renovables. Además, sólo emite vapor de agua y no genera residuos a la atmósfera.
Esto no ocurre con otros combustibles como el carbón o el petróleo, lo que ha incrementado la demanda del hidrógeno como combustible en las últimas décadas. Pero eso, si no se consigue con un método libre de emisiones contaminantes, no es sostenible para el medio ambiente.
El principal objetivo es abaratar su coste de producción a la mitad para poder utilizar el hidrógeno verde en coches o en calefacciones ecológicas, por ejemplo, lo que permitiría prescindir de otros hidrocarburos. Sería una buena noticia puesto que, además, el hidrógeno tiene tres veces más energía que la gasolina y no genera dióxido de carbono.
Con el objetivo de desarrollar cuanto antes un sistema más barato de producción de hidrógeno verde, ya se están poniendo en marcha algunas plantas en las que obtener este gas.
En la Unión Europea ya se han puesto en funcionamiento centrales de este tipo en países como Alemania o Países Bajos, que son dos de los estados más interesados en la experimentación con este tipo de energía. Es el país germano el que ha planteado la mayor planta de hidrógeno verde del mundo, con hasta 1.000 MW de capacidad.
En España, como hemos visto, también se ha avanzado camino en este sentido y hay proyectos de plantas en Ciudad Real o Mallorca, entre otras. En el primer caso, hablamos del proyecto de Iberdrola en Puertollano, que tiene como objetivo convertirse en la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa, y para ello se prevén invertir 150 millones de euros y dar trabajo a 700 personas. Por tanto, es una apuesta de futuro, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el punto de vista económico.
Con lo que te hemos contado, ya te puedes hacer una idea de algunas de las ventajas y desventajas de la producción del hidrógeno verde, pero podemos verlo con más detalle.
Todo tiene sus pros y sus contras pero, puesto todo esto en la balanza, el hidrógeno verde puede ser una buena solución de futuro para cuidar del medio ambiente. Lo que hay que seguir investigando es la mejor manera de hacerlo a un coste eficiente y con las condiciones óptimas de seguridad.