Las presas de agua permiten aprovechar mejor los recursos hídricos de nuestra geografía, evitar riesgos de inundaciones y generar energía eléctrica limpia y sostenible. En la entrada de hoy vamos a hablar del funcionamiento y construcción de las represas, os mostraremos la más grande del mundo y veremos las diferencias que tienen con los embalses.
Las presas de agua se construyen normalmente entre cerros o en el interior de un valle. El objetivo es llenar la zona de agua e impedir que salga. Además de usar la fuerza de la corriente de los ríos, este agua almacenada se va soltando poco a poco para que siempre haya un ritmo constante de trabajo.
Otro de los elementos principales de una represa son las turbinas hidráulicas. Sus aspas se mueven impulsadas por el agua, generando energía que es enviada a un generador y transformada en electricidad. Posteriormente, será distribuida a todos los hogares.
Es frecuente que las centrales hidroeléctricas estén situadas en las repesas, ya que el salto geodésico o desnivel es su principal fuente de energía. Por el contrario, las centrales ubicadas exclusivamente en ríos han dejado de ser rentables.
Existen dos tipos principales de presas: las de hormigón y las que se construyen con tierra, también conocidas como presas de terraplén. Estas últimas son las más frecuentes, utilizan material desintegrado a partir de arcilla y rocas, así como distintos métodos para garantizar la estanqueidad del sistema.
Primero hay que elegir el emplazamiento ideal. Los estudios previos han de tener en cuenta distintos aspectos, como el nivel de evaporación, ausencia de grietas, riesgo de erosión o el cálculo del volumen de almacenamiento. Además de estar ubicado en una zona que permita el abastecimiento de los usuarios.
Lo ideal sería un valle que se va estrechando a medida que desciende la pendiente, ya que así el dique sería más pequeño y fácil de construir. Primero se levanta una ataguía, presa provisional para evitar el peligro de inundaciones. A continuación, se construyen los cimentos y el resto de las estructuras.
Las repesas sirven esencialmente para almacenar el agua y producir energía. Sus beneficios son numerosos. Por ejemplo, en épocas de sequía se puede desviar el curso para garantizar el riego de los cultivos y el consumo humano.
Esto es especialmente importante en nuestro país, que dispone de unos recursos hídricos muy irregulares. Y también vamos a producir electricidad limpia y renovable. Que no produce apenas contaminación a la atmósfera durante el proceso.
Las repesas son una de las obras de ingeniería más complejas que ha inventado el ser humano. La más grande del mundo por extensión y potencia instalada es la Presa de las Tres Gargantas, construida junto al río Yangtsé en China.
Tiene más de 2.300 metros de longitud y 185 de altura, lo que permite una capacidad de almacenamiento de casi 40.000 hm3.
Además, sus 32 turbinas de 700 MW proporcionan una potencia instalada que asciende a 22.500 MW.
Sin embargo, en producción de energía es la segunda del mundo. Los casi 98,8 millones de MWh de la Presa de las Tres Gargantas son superados por los 103,1 millones de MWh de la Represa de Itaipú. Está ubicada en el río Paraná, en la frontera de Paraguay y Brasil. Suministra casi el 75% de la electricidad paraguaya y el 20% de la brasileña.
Un embalse se construye con el fin de almacenar el agua proveniente de los ríos y la lluvia. Además, se pueden usar para generar electricidad y ayudar a la agricultura mediante canales de riego.
Por su parte, la represa es una obra característica de zonas donde los cursos fluviales tienen demasiada fuerza. O bien arrastran sedimentos que podrían dañar su estructura. Aunque muchas veces se usa presa, represa, embalse y pantano como sinónimos, por norma general los dos primeros términos hacen referencia al muro de contención en sí.