Todos los seres vivos del planeta necesitan energía para vivir. Los humanos la obtenemos a través de los alimentos. Además, con el paso de los siglos hemos adquirido la capacidad de extraer energía de distintas fuentes para satisfacer nuestras necesidades. Desde las primeras hogueras que permitían soportar el invierno hasta las avanzadas centrales nucleares que abastecen ciudades enteras.
En la entrada de hoy vamos a conocer los tipos de energía que existen en la actualidad. Analizaremos sus principales características y veremos por qué es mejor apostar por las fuentes de energía renovables y limpias.
Los últimos avances tecnológicos han propiciado numerosos cambios en los métodos de extracción de energía. Las autoridades europeas tienen como objetivo eliminar progresivamente las emisiones contaminantes de CO2 a la atmósfera. Y por ello, van a priorizar las fuentes renovables en lugar de los combustibles fósiles.
En los próximos años se producirá un auge de las centrales hidráulicas y parques eólicos. Y también un importante avance en el autoconsumo, con la instalación de paneles fotovoltaicos en empresas y hogares. Un ahorro para el consumidor y un alivio para el medio ambiente.
La energía eléctrica es la más común y se obtiene de diversas fuentes. Por ejemplo, aprovechando la fuerza del agua en los desniveles o los anteriormente mencionados paneles solares. Por su parte, la energía radiante se consigue por la acción de las ondas de radio o las provocadas por los rayos UV.
La energía térmica produce calor, por lo que se usa para la calefacción de los hogares y determinadas industrias. Se consigue gracias a la fuerza cinética originada por los átomos en movimiento. La energía nuclear es fruto de un proceso complejo de desintegración de los átomos de uranio. Y aunque es capaz de generar una gran cantidad de energía está llena de polémicas.
También tenemos otros tipos, como la energía química, la energía solar, mecánica, cinética, hidráulica o eólica. A continuación las veremos con mayor profundidad.
En la actualidad, las principales fuentes de energía se dividen en renovables y no renovables. Las primeras se caracterizan por obtenerse de fuentes naturales que son inagotables. Como por ejemplo la energía solar, eólica o hidráulica. Por su parte, las energías no renovables proceden de combustibles fósiles como el carbón, el gas o el petróleo.
Este combustible fósil tiene una apariencia viscosa y está formado por una serie de hidrocarburos. El petróleo se creó hace millones de años, cuando la mayor parte de la superficie de la tierra estaba cubierta por océanos.
Es la principal fuente de energía para poner en movimiento la industria y los vehículos actuales, aunque su mayor inconveniente es que es altamente contaminante. Además, si mantenemos el ritmo de consumo actual, se estima que el petróleo se agotará dentro de unos 50 años.
Se trata de una combinación de gases compuesta principalmente por metano, que supone entre el 75% y el 90% del total. Aunque también encontramos otros elementos como el etano, propano, butano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, helio y argón.
Su extracción es posterior al petróleo, ya que el almacenamiento y transporte planteaban enormes retos tecnológicos hace unas décadas. El gas natural tiene un alto poder calorífico, produce poca contaminación y se usa en la industria petroquímica y la calefacción de los hogares.
Los restos vegetales que se acumulaban en las zonas acuíferas de la Era primaria fueron sometidos a bruscos cambios de presión y temperatura. Tras una serie de transformaciones adoptaron una estructura cristalina y los residuos se convirtieron en carbón. Un proceso complejo que duró de miles de años.
Existen 4 tipos de carbón con distinto poder calorífico: la huya, turba, antracita y lignito. Es un combustible muy común en la industria siderúrgica, las centrales térmicas y también todo tipo de empresas y viviendas.
La energía nuclear se obtiene modificando los enlaces de los átomos, fenómeno que produce una gran cantidad de energía térmica. El combustible principal de los reactores nucleares es el uranio enriquecido. Este elemento se encuentra de forma limitada en la naturaleza, por lo que se considera una fuente de energía no renovable.
Tiene una enorme variedad de aplicaciones, desde el ámbito de la medicina al militar. Sin embargo, destaca principalmente por su enorme capacidad de producir electricidad. Aunque estas centrales tienen rigurosos sistemas de seguridad, la posibilidad de un accidente y las nuevas políticas ambientales europeas las han relegado a un segundo plano.
La energía solar se obtiene a través de la radiación del sol. Existen distintos tipos, como la fotovoltaica que produce electricidad a partir de los rayos solares. La fototérmica, que aprovecha el calor del sol para generar energía. O la termoeléctrica, que transforma la fuerza calorífica en electricidad.
Por su excelente clima, España es uno de los mejores países del mundo para el desarrollo de la energía solar. Con una media de 1.500 kilovatios por hora por cada metro cuadrado. Además, es una de las mejores opciones para el autoconsumo, ya que con un panel solar podemos calentar el agua o producir energía eléctrica.
Las centrales hidráulicas se construyen en desniveles del terreno surcados por cursos fluviales. Por ejemplo, situándose debajo de una cascada. De esta forma, aprovechan la fuerza del agua para transformar la energía cinética en electricidad. La cantidad producida depende directamente del caudal y la altura.
En España, la energía hidráulica es una de las principales apuestas de las administraciones. Los procesos son totalmente limpios y renovables, provocando un impacto reducido en la biosfera donde se construyen. Son capaces de abastecer ciudades enteras, como es el caso de la Central de Aldeadávila.
Esta fuente de energía renovable utiliza la fuerza del viento para mover las aspas de gigantescos aerogeneradores. De esta forma, son capaces de producir electricidad. El principio es el mismo que los antiguos molinos de viento, pero estos dispositivos están equipados con los últimos avances tecnológicos.
Los primeros aerogeneradores se instalaron en tierra firme. Como es el caso de los que se encuentran en la provincia de Cádiz, que se caracteriza por sus fuertes vientos. Sin embargo, en los últimos años han aparecido aerogeneradores que se ubican en el fondo marino. En lugar del viento, aprovechan las fuertes corrientes de agua para accionar las aspas.
La energía geotérmica se obtiene del subsuelo y nos permite conseguir agua caliente sanitaria (ACS) y climatizar todo tipo de instalaciones. Aunque no es tan conocida como las anteriores, es una fuente 100% limpia, renovable y muy eficaz. Países como Suecia, Estoados Unidos o Japón la llevan usando desde hace décadas.
Cuando las fuentes geotérmicas son limitadas solo son capaces de producir energía térmica. Sin embargo, cuando las temperaturas son superiores a los 150º también pueden producir electricidad. En España, un buen ejemplo de energía geotérmica lo tenemos en la estación de Pacífico del Metro de Madrid.
Y, por último, vamos a ver los combustibles de biomasa. Están compuestos por residuos vegetales y orgánicos provenientes de las podas de bosques o explotaciones agrarias. Por ejemplo, madera, corcho, huesos de aceituna o cáscaras de frutos secos. Es una fuente de energía ilimitada y sostenible, ya que no es necesario talar árboles para obtener los pellets.
¿Qué son los pellets? Pequeños cilindros con una estructura muy densa que destacan por su alto poder calorífico. Muchas de las chimeneas y sistemas de calefacción actuales utilizan estos pellets de biomasa en lugar del carbón o la leña. Son fácilmente almacenables y su precio muy atractivo.
Si has llegado hasta aquí, supongo que ya te haces una idea de lo importantes que son las energías renovables. Vamos a destacar tres puntos principales. Para empezar, se trata de energías limpias que no emiten sustancias contaminantes a la atmosfera. Por tanto, no son perjudiciales para nuestra salud o la naturaleza.
A diferencia de los combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, las energías renovables disponen de recursos ilimitados como el sol y el viento. Las energías tradicionales tienen fecha de caducidad, por lo que tenemos que empezar a buscar otras alternativas.
Y finalmente, mejoran la independencia energética de los países. En España, la implementación de energías renovable supondría un cambio significativo en nuestra economía. Ya que consumimos mucho más de los que producimos y, por tanto, dependemos en gran medida de la exportación.