Cuando hablamos de contaminación ambiental automáticamente pensamos en los medios de transporte y las industrias pesadas. Sin embargo, mucha gente desconoce que el mundo de la moda provoca aproximadamente el 8% de las emisiones de dióxido de carbono que llegan a la atmósfera. ¿Qué podemos hacer para solucionarlo? Una de las principales respuestas del sector es la ropa biodegradable.
Debido a la entropía, nada en este universo dura para siempre, así que todos los elementos tarde o temprano terminarán por degradarse. Sin embargo, algunos objetos como una simple botella de plástico pueden tardar más de 150 años en desaparecer por completo. Y mientras tanto causarán enormes problemas medioambientales.
Por lo tanto, consideramos que un producto es biodegradable cuando permite su descomposición por organismos naturales como las bacterias o los hongos. El resultado de este proceso es la simplificación molecular, que le permite reintegrarse por completo en el ecosistema sin provocar daño alguno.
La ropa biodegradable está fabricada con telas orgánicas, una tendencia que está en alza debido a la mentalidad ecológica de buena parte de la población. Para garantizar esta sostenibilidad hay que cuidar además todos los procesos de fabricación de la prenda. Desde la obtención de materias primas como el algodón natural sin ningún tipo de pesticidas. A su producción en fábricas que funcionan con energías limpias y renovables.
Por norma general, las prendas llevan la certificación correspondiente en la etiqueta. Una de las más populares es GOTS (Global Organic Textile Standard), que garantiza que como mínimo se ha usado un 70% de materiales naturales y el proceso se lleva a cabo sin utilizar combustibles fósiles. Aunque también son comunes las etiquetas Made in green para productos antialérgicos que respetan el medio ambiente. O la Eco-label Europea, que regula el impacto ecológico de la fabricación de las prendas.
Como hemos visto, una de las principales características de la ropa biodegradable es que su proceso de fabricación no provoca daños a la naturaleza. Pero esto no es incompatible con ir a la última, ya que las principales marcas de ropa se están pasando a esta tendencia y podrás lucir diseños de temporada y modelos increíbles.
Estas prendas están normalmente realizadas a mano y utilizan materiales muy resistentes y de calidad, por lo que tienen una mayor durabilidad y si las cuidas prácticamente te acompañarán toda la vida. Además, al tener tejidos naturales es más complicado que se produzcan casos de alergia. Y suelen ser muy transpirables, sobre todo si están fabricadas con algodón ecológico.
Además de ser biodegradable, estas prendas son ecológicas, ya que están elaboradas con materiales orgánicos que se descomponen con facilidad y no provocan daños ambientales. Por ejemplo, podrías tirar una camiseta, pantalón o bolso biodegradable en el campo y en poco tiempo se convertiría en abono. Algo muy distinto a lo que pasa con los tejidos industriales que proceden de derivados del petróleo.
En la actualidad, podemos encontrar todo tipo de prendas ecológicas, como es el caso de la ropa interior biodegradable, sudaderas, jerséis, vaqueros, zapatos o camisetas. Aunque también existen las sábanas, servilletas y manteles sostenibles, que son fabricados con estrictas medidas de seguridad medioambiental.
Entre los materiales más usados tenemos el algodón natural, el cáñamo, el lino o el bambú. Aunque también se utilizan otros medios más sorprendentes como los tejidos realizados con leche, piña, los sombreros de las setas o los posos del café.
A principios de siglo se fabricaban unos 50.000 millones de prendas al año, cifra que en la actualidad se ha duplicado. Esto es lo que nos dice un estudio de Greenpeace, que también afirma que de media los españoles gastamos unos 500 euros en renovar el fondo de armario. Esto también genera unos 12 kilos de residuos textiles por persona, de los cuáles apenas un 20% se reciclarán.
Como puedes comprobar, la contaminación ambiental no es solo producto de los tubos de escape. Ya que nuestras costumbres consumistas también suponen un elevado coste para el ecosistema. Como reacción a este fenómeno, se han desarrollado movimientos de moda sostenible denominadas moda ética o slow fashion. Tendencias que además de tener en cuenta el diseño quieren dejar la mínima huella ecológica posible.
La ropa biodegradable se fabrica a partir de tejidos reciclables y fibras naturales, apostando por un mayor nivel de calidad y durabilidad del producto. En pocas palabras, se trata de volver a un concepto que era habitual hace una o dos generaciones, cuando la ropa duraba toda la vida y nuestra manera de comprar no era tan impulsiva.
No hay que tomar ninguna consideración especial para lavar este tipo de prendas, más allá de las propias fibras con las que están confeccionadas y las recomendaciones del fabricante. Pero claro, si te gusta la moda sostenible seguro que apuestas por un estilo de vida diferente. En este sentido, es muy recomendable que adquieras o aprendas a fabricar tu propio jabón y suavizante de ropa biodegradable.
Estos productos, en lugar de agentes químicos que son muy agresivos con el medio ambiente, contienen sustancias naturales como el vinagre, limón, el peróxido de hidrógeno o el bicarbonato de sodio. Y además, correrás menos peligro de sufrir alergias e irritaciones en la piel, por lo que también beneficia a tu salud.
Por otro lado, acostúmbrate a lavar la ropa biodegradable solo cuando sea necesario, ya que a veces con ventilar un rato las prendas es suficiente. Utiliza lavadoras ecofriendly que tengan un certificado de eficiencia energética A++ y llena siempre la carga al máximo antes de activar el programa. De esta forma, tus prendas quedarán totalmente limpias y contribuirás a cuidar el medio ambiente.
Y hasta aquí nuestra entrada de hoy, en la que hemos hablado de la ropa biodegradable y las características de la tela ecológica. ¿Qué te parece el slow fashion? ¿Es la mejor tendencia para el futuro? Cuéntanos en los comentarios si tienes alguna prenda sostenible en tu armario, lo importante que es para ti la ecología o cualquier cosa que se te pase por la cabeza. ¡Hasta otra!