Cada verano nuestro país sufre graves incendios forestales, que ponen en riesgo nuestra reserva natural y la vida de muchos animales y personas. Una situación que lejos de solucionarse se ha recrudecido en 2019.
Por ello, en la entrada de hoy vamos a hablar de todos los incendios forestales ocurridos en España durante este año. Conoceremos cuáles son sus causas y las consecuencias para el ecosistema. Finalmente, mencionaremos unos consejos de gran utilidad para la prevención.
Los incendios forestales son un enorme problema económico y ecológico en nuestro país. Para evitarlos, es indispensable localizar los principales focos de riesgo. Conocer la extensión de los fuegos y el tipo de vegetación de la zona. También es indispensable encontrar al causante, que en la mayoría de los casos suele ser el hombre.
En España, cada año sufrimos una media de 15.000 incendios. Dos terceras partes se quedan en conatos y afectan solo a superficies menores de una hectárea. Sin embargo, el resto son mucho más peligrosos y pueden suponer un serio inconveniente para nuestro patrimonio forestal.
Por esta razón, desde mediados del siglo XX se lleva a cabo una Estadística General de Incendios Forestales (EGIF). Desarrollada en función a los datos recopilados por las distintas comunidades autónomas. Esta información es puesta a disposición de instituciones, centros de investigación y todos los interesados en analizarla. Así, avanzaremos en nuestra comprensión del problema en su totalidad. Y podremos emprender planes personalizados para minimizar los daños.
Causas de incendios forestales en nuestro país 🧐El ser humano es el responsable del 96% de los incendios forestales en España. Y en los últimos 20 años, hemos acabado con una extensión de bosque similar a la Comunidad Valenciana. Unos datos realmente demoledores. Aunque esto no significa que todos los fuegos sean provocados. De hecho, la mayoría surgen debido a descuidos o accidentes.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, las actividades agrícolas y ganaderas encabezan la lista con un 35% y un 20% respectivamente. Las herramientas y maquinaria rural provocan un 4% de los incendios. Mientras que las imprudencias, como tirar colillas al suelo, se sitúa en un 3%.
Las enfermedades mentales están detrás del 6% de los incendios en España. Mientras que un 4% se deben a acciones vandálicas o intencionadas. En este sentido, no hay que olvidar el factor económico que muchas veces subyace detrás de todo esto. Ya que, en ocasiones, la mejor forma de recalificar un terreno protegido es arrasándolo.
El resto de incendios están causados por la eliminación y el tratamiento de los residuos. Así como otros motivos como el uso recreativo de espacios al aire libre. Mientras que el 4% no causado por el hombre se debe a rayos y otros fenómenos atmosféricos naturales.
Tras extinguirse recientemente los incendios de Tafalla en Navarra y de Guadalcanal en Sevilla, el gran foco de riesgo se centra en la isla de Gran Canaria. Por fortuna, los equipos de bomberos han conseguido acabar con uno de los grandes incendios que siguen en activo. Se trata de Arenara, que comenzó el 10 de agosto debido a una imprudencia durante unos trabajos de soldadura y ha consumido unas 1.500 hectáreas.
No obstante, unos días después se declaró otro incendio en Valleseco. Que hasta día de hoy ha quemado más de 9.000 hectáreas de bosques y campos de cultivo. Obligando además al desalojo de 10.000 vecinos de la zona. Ahora se encuentra estabilizado, pero ni siquiera está controlado.
A continuación, vamos a repasar algunos de los incendios más importantes que nuestro país ha sufrido en 2019.
Valencia sufrió el primer incendio del verano a principios de julio. Un fuego acabó con casi 1.000 hectáreas de bosque de pinos situados en Beneixama. La zona estaba formada por un barranco casi inaccesible, lo que dificultó aún más las tareas de extinción. 80 vecinos tuvieron que ser evacuados. Aunque la nota más negativa es el fallecimiento de un piloto cuando su helicóptero se estrelló en las cercanías del embalse de Forata.
El pasado 6 de agosto se estabilizaron los incendios de La Granja y Miraflores en la Sierra de Madrid. Que finalmente se ha extinguido hace unos días tras arrasar con más de 700 hectáreas. Entre ellas, la mitad del Parque Nacional de Guadarrama. Y se ha quedado a tan solo medio kilómetro de los jardines del Palacio Real, que no ha sufrido daños debido a la orografía y el cambio del viento.
Poco después del incendio en Valencia llegó el de Tarragona. El peor que ha sufrido esta provincia desde Empordà en 2012. En menos de 25 horas las llamas arrasaron con más de 6.500 hectáreas. Y si no llegan a actuar los servicios de bomberos de manera diligente, se calcula que podrían haberse extendido a 20.000 hectáreas.
En esta ocasión, no fue provocado por la mano del hombre. Sino que el origen estaría en las altas temperaturas superiores a 30 grados y la escasa humedad. Lo que unido a fuertes vientos de 30 kilómetros por hora propició su rápido desarrollo.
Durante el mes de marzo, Galicia sufrió más de 20 incendios forestales en menos de una semana. Los daños ascienden a 1.350 hectáreas quemadas, en su mayoría correspondientes a las zonas de Dodro y Rianxo. Se piensa que la causa es una chispa en un cable de alta tensión. Tampoco faltaron los incendios veraniegos. Siendo el más importante el que acabó con 140 hectáreas de monte durante el mes de julio en Lugo.
Las condiciones en la isla eran especialmente favorables para el desastre. Temperaturas que alcanzaban los 40 grados, un nivel de humedad inferior al 30% y rachas de viento de más de 50 kilómetros por hora. Por el momento no hay evidencias de que fuera intencionado, pero la sucesión de focos a lo largo de los días levanta las sospechas de las autoridades.
Con lenguas de fuego que se elevaban a 50 metros de altura, ha arrasado con más de 10.000 hectáreas y obligado a evacuar a 10.000 personas. Una de las mayores pérdidas la tenemos en el Parque Natural de Pinar de Tamadaba, declarado reserva de la biosfera. Tardará al menos 12 años en recuperarse.
Consecuencias de los incendios forestales en España 👈Las consecuencias de los incendios forestales son económicas, sociales y ecológicas. El fuego altera la composición biológica, afectando al equilibrio del ecosistema de forma irreversible. También dificulta la movilidad de la fauna y la desaparición de muchas especies vegetales y animales nativas.
Los seres humanos también podemos vernos afectados. Tanto a nivel de infraestructuras como pérdidas personales. Provocando la reubicación de los vecinos próximos a las zonas de riesgo. Y no podemos olvidar el enorme gasto que supone a la administración la extinción de los fuegos.
Finalmente, los incendios producen una enorme contaminación. Las cenizas incrementan en gran medida el dióxido de carbono presente en la atmosfera. Algo que está en el origen del efecto invernadero y el cambio climático. Por su parte, el fuego erosiona el suelo y provoca corrimientos de tierra e inundaciones.
🔥Las bosques españoles arden. Si ves un incendio, avisa inmediatamente a emergencias.🔥
Los servicios de bomberos y emergencias en nuestro país son excepcionalmente efectivos en su tarea. Sin embargo, los españoles todavía tenemos mucho que aprender con respecto a la prevención de los incendios. Son mucho más habituales de lo que imaginas. Para que te hagas una idea, en 2013 solo hubo 3 días sin incendios. ¿Qué podemos hacer?
Además de medidas adoptadas por la administración, que cada año despliega un operativo de defensa contra incendios, es indispensable que los ciudadanos desarrollen una conciencia ecológica. Algunas asociaciones llevan años avisando del peligro de muchos montes españoles. Cuya vegetación y clima son especialmente propicios para sufrir incendios devastadores.
La conciencia ecológica es un elemento fundamental para prevenir estos incendios
Por ello, nunca arrojes colillas o cigarros en el campo. Ni siquiera cuando vas conduciendo por la carretera. De igual forma, evita tirar botellas y otros objetos de vidrio, ya que la luz del sol podría formar el efecto lupa. Recoge siempre tu basura antes de partir, especialmente cualquier líquido inflamable. Y nunca hagas un fuego en mitad de un bosque. Aunque pienses que está controlado, cualquier racha de viento podría provocar un desastre.
Si es de pequeño tamaño, como por ejemplo una fogata, intenta apagarlo cuanto antes tirando tierra encima. En caso contrario, aléjate lo suficiente para evitar poner tu vida en peligro y llama inmediatamente a los servicios de emergencia para alertarles de la situación. Recuerda, si tienes que huir de las llamas, elige un camino plano y camina siempre con el viento de cara.
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