Las energías renovables se han convertido en el gran objetivo de una transición sostenible apoyada en diferentes formas de generar electricidad a través de elementos como el agua, el viento o el sol. Factores que, en gran parte, dependen de unos pronósticos meteorológicos cuya inestabilidad, más aún en los tiempos de cambio climático, impiden crear una previsión exacta de la producción de energía en los próximos meses o años.
Sin embargo, un nuevo aliado ha llegado para poner fin a este aspecto: las conocidas como turbinas mareomotriz. Enormes artefactos que se apoyan en la inercia de las corrientes marinas y el oleaje para producir energía, especialmente la llamada energía marina que podría alcanzar su máximo auge durante los próximos diez años.
Y es que a lo largo de la última década, diversas empresas han apostado por los primeros prototipos de turbinas mareomotriz, si bien ha sido la compañía Symec Atlantis Energy (SAE), fundada en Australia pero con central en Singapur, la que ha lanzado la versión más novedosa de esta herramienta sostenible.
Presentada en Bristol, la turbina mareomotriz de SAW consta de una potencia de 2 MW incorporando un rotor de eje único convertido en “el más potente y grande del mercado hasta el momento”, tal y como confirmaba la propia empresa.
Esta turbina, conocida como AR2000, ha sido desarrollada durante los dos últimos años apoyándose en influencias de otros prototipos y una inversión de 5 millones de libras esterlinas. Un nuevo invento que estará disponible en el mercado a finales de 2019 y entre cuyas novedades incluye la posibilidad de aceptar rotores de entre 20 y 24 metros, al mismo tiempo que permite enlazar varias turbinas en paralelo a través de un único cable energético, lo cual abarataría costos. Además, el mismo puede alcanzar una duración de hasta 25 años.
Un nuevo paso en el mundo de las energías renovables que trata de saltar a las profundidades del mar para absorber una energía mucho más certera y de esta forma competir con otras fuentes energéticas alternativas.
Muchos países y empresas ya han comenzado a potenciar la energía mareomotriz durante los últimos años: desde Canadá hasta la planta instalada en el río Rance, en Francia, esta producción se consolida como una de las alternativas más potentes del panorama sostenible. De hecho, se piensa que un 25% de la energía total de Europa para 2025 será producida por las mareas y olas del mar.
En el caso de la AR2000, la turbina de rotor de eje único más grande hasta el momento, esta se inspira en su anterior versión, la MeyGen, desarrollada en el norte de Escocia y compuesta por cuatro unidades AR1500 de 1,5 MW cada una, produciendo 1,4 GW en menos de un mes, el equivalente a la energía necesaria para abastecer a 5.420 familias.
Si bien no se ha confirmado la producción total que podría albergar esta nueva turbina, sus precedentes podrían indicar tan solo la mitad de las posibilidades de unas energías mareomotriz que han llegado para quedarse y aportar algo más de estabilidad a un cambio sostenible que avanza a pasos de gigante.
¿Qué opinas de estas nuevas turbinas mareomotriz?
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