Aunque en los últimos años los fabricantes de gadgetsse han decantado por el uso de baterías, todavía se usan pilas gran parte de los aparatos electrónicos que tenemos en casa: relojes, mandos a distancia, aparatos inalámbricos... Las pilas siguen siendo uno de los elementos más contaminantes del hogar y, aunque estemos concienciados de ello, todavía hay muchas familias que no utilizan pilas recargables, quizá porque se piensa que el gasto del cargador y el precio de las pilas recargables no nos compensa, o solo por pereza. Aquí veremos por qué debemos usarlas y lo que ahorraremos.
Las pilas son elementos extremadamente contaminantes, los metales que las componen (como son el mercurio, cadmio o plomo, entre otros) resultan muy dañinos en el medio ambiente. Para que nos hagamos una idea: una pila puede contaminar más de 500.000 litros de agua. Desgraciadamente, aunque existen múltiples puntos de reciclaje en cualquier barrio, en España todavía se reciclan menos de un 40% de las pilas gastadas y miles de ellas acaban en la basura.
Aunque su uso es cómodo y recomendado, algunas marcas sufren un rápido deterioro con el tiempo o cogen memoria de los aparatos donde son utilizadas, provocando que se gasten con mayor rapidez. Os recomendamos tener un número adecuado de pilas y rotarlas entre los distintos equipos donde las usemos. A pesar de la sensación de que las pilas no duran tanto como antes con el paso de los meses, una pila recargable se puede utilizar entre 200 y 300 veces. El ahorro económico que supone para el bolsillo es evidente. Eso sí, es importantísimo no intentar cargar nunca una pila normal, puede ser peligroso y provocar daños en el cargador o en nosotros al manipularla.
Si deseamos que nuestra sociedad sea más sostenible en todos los aspectos, debemos concienciarnos de que estos pequeños pasos, al igual que reciclar nuestra basura o utilizar el transporte público, mejoran nuestra vida y el medioambiente. No es rentable la fabricación de cientos de pilas cuando puede bastarnos con un par de ellas y un cargador.No podemos exigir a las grandes empresas y gobiernos que respeten el medio ambiente y utilicen energías renovables si no partimos con buenas costumbres desde nuestros hogares.