Cómo han cambiado los molinos desde que Don Quijote y Sancho Panza se lanzaron a la aventura por las tierras de Castilla-La Mancha. Y todavía a nosotros nos resultan impresionantes las nuevas instalaciones de energía eólica que vemos en nuestros campos. Sin embargo, hasta eso se ha quedado ya 'atrás' en los tiempos y se han dado pasos agigantados en este terreno. Si hoy en día viera el personaje creado por Cervantes esos 'gigantes' que ya incluso podemos ver en el mar, no podría creérselo.
Efectivamente, los parques eólicos marinos están llamados a ser el presente y el futuro de las energías renovables y nadie se quiere quedar atrás en esta aventura.
Europa cuenta con varias zonas propicias para la instalación de este tipo de megaestructuras y, aunque en España hay alguna dificultad orográfica, lo cierto es que existen numerosos proyectos destinados a la construcción de parques eólicos offshore que pueden abastecer de energía limpia a buena parte de la población.
Mientras países como Reino Unido y Dinamarca toman la delantera en este terreno y otros como Estados Unidos y China son cada vez más ambiciosos en este sentido, en nuestro país hay suficiente potencial tecnológico y empresarial para poner en marcha este tipo de instalaciones.
Conoce en esta completa guía todo lo que debes saber sobre los campos eólicos offshore y descubre cuál es el parque eólico marino más grande del mundo.
Los parques eólicos marinos son aquéllos que aprovechan la fuerza del viento en zonas alejadas de la costa, donde éste sopla a mayores velocidades y de una forma más constante debido a la ausencia de barreras naturales.
Es una apuesta por una fuente de energía limpia y renovable, algo cada vez más demandado en países como el nuestro.
En la actualidad, lo normal es ver un parque eólico offshore en aguas poco profundas, alejadas de las rutas marinas comerciales, de los desplazamientos militares y de los espacios de interés natural y ecológico.
Los parques eólicos marinos tienen que estar a una distancia mínima de la costa de dos kilómetros para aprovechar la fuerza del viento y, como decimos, son instalados en zonas marítimas poco profundas, de hasta 60 metros de profundidad.
Para poder explotar al máximo este recurso, se construyen megaestructuras asentadas sobre el lecho marino y dotadas con la última tecnología. Pero cabe destacar que la obtención de este tipo de energía cuenta con el beneplácito de organizaciones ecologistas como Greenpeace, puesto que gracias a estas instalaciones se puede obtener una energía de carácter renovable con una mínima incidencia en el ecosistema.
Los expertos aseguran que la energía eólica marina tiene un gran futuro por delante. Y, ciertamente, si no se ha desarrollado más es porque su coste de instalación es más alto que en los parques eólicos terrestres. Sin embargo, ya se está trabajando en esa línea y en los últimos años se han reducido los costes de las cimentaciones y anclajes, a lo que además hay que sumar que su vida útil es mayor que en tierra.
Para explotar al máximo un campo eólico, se construyen enormes estructuras con las últimas innovaciones técnicas. Su funcionamiento es similar al de un parque eólico terrestre:
Básicamente, todo esto quiere decir que la turbina eólica transforma el viento en electricidad utilizando la fuerza aerodinámica creada por las palas, que funcionan igual que las hélices de un helicóptero.
La diferencia de presión que se crea en ambos lados de la hélice hace que el rotor gire. Éste está conectado a un generador de forma directa o a través de un eje de transmisión con distintas velocidades que ayudan a acelerar la velocidad de rotación. Esa traslación de fuerza aerodinámica es la que genera la electricidad.
Como hemos dicho antes, la instalación de un parque eólico en el mar es más costosa que en tierra. La razón principal de este detalle es que es más complicado transportar y colocar la maquinaria en esas zonas. También es cierto que los últimos avances han permitido reducir esos costes, pero hay muchas cuestiones técnicas a tener en cuenta para realizar una instalación de este tipo.
Antes de realizar cualquier instalación de parques eólicos en el mar, es necesario estudiar las posibles ubicaciones de los mismos. Ingenieros calculan la potencia del viento en la zona, estudian el tipo de cimentaciones y subestaciones necesarias bajo criterios de sostenibilidad, analizan cómo será el cableado, etc.
Una vez decidido el proyecto, antes de la instalación hay que transportar los diferentes elementos que componen un parque eólico offshore. Realizar este proceso por vía marítima es muchas veces más sencillo que por tierra, dado que el tamaño de esta maquinaria dificulta su transporte a través de carreteras estrechas, túneles, etc.
Sin embargo, el transporte por vía marítima es más costoso por el valor de los componentes, el tamaño, los requisitos legales o la planificación, en la que hay que tener en cuenta incluso el factor meteorológico.
Una vez que se haya transportado toda la maquinaria necesaria, hay que proceder a la instalación del parque eólico en sí. La cuestión es que no todos son iguales ni su instalación, por tanto, tiene las mismas características. En ese sentido, podemos distinguir dos tipos de parques eólicos marinos en función del tipo de anclaje de su aerogenerador:
Tienen una estructura de apoyo con cimentación fija sobre el suelo marino y se utiliza en parques offshore de hasta 60 metros de profundidad. Además, esa cimentación fija puede ser de diferentes formas:
Este tipo de parques eólicos marinos se ubican más alejados de las costas y, por tanto, a mayores profundidades.
Las plataformas flotantes permiten desplegar aerogeneradores en áreas marinas muy extensas, donde hay un gran potencial de viento.
Con esta técnica, la profundidad de la instalación está marcada por el tendido de las infraestructuras eléctricas submarinas de evacuación, que pueden llegar a colocarse a cien metros de profundidad.
Este tipo de instalación puede ser de tres formas en función de su sistema de anclaje al fondo marino:
Un parque eólico marino entraña una mayor dificultad de construcción que uno terrestre y también su mantenimiento es más complejo debido al medio en el que han de realizarse esas tareas, que deben hacerse bajo estrictas medidas de seguridad. Hacen falta medios logísticos muy especializados.
Pero, a pesar de todo eso, los parques eólicos en el mar tienen muchas ventajas:
A grandes rasgos, compensa apostar por los parques eólicos offshore, pese a que sus megaestructuras son costosas y difíciles de instalar. Pero, en comparación con todo el beneficio que se obtiene, la tendencia es cada vez mayor hacia las instalaciones en el mar.
España es un país que apuesta por las energías renovables. Nuestro país cuenta con una industria líder en parques eólicos terrestres y también está dedicando muchos esfuerzos a la investigación y desarrollo de los parques eólicos marinos.
Compañías españolas como han iniciado proyectos de este tipo en países extranjeros como Alemania. Por eso, llama la atención que en nuestro país aún no exista de forma real ningún parque eólico marino. Matizamos esto último porque, aunque no haya ninguno instalado en su totalidad, sí que hay muchos proyectos en marcha.
Elisa es el nombre del que será el primer parque eólico marino de España, que tendrá 50 MW de potencia. El proyecto lo lleva a cabo la compañía gallega Greenalia y requerirá de una inversión superior a los 114 millones de euros; aunque falta la aprobación gubernamental para ponerlo en marcha.
Una de las principales razones de que en nuestro país no se haya dado aún un paso adelante en este sentido es la ausencia de inversión pública. Otro motivo es la orografía de nuestra costa, ya que habría que instalar las plataformas muy cerca de la costa u optar por estructuras flotantes, lo que encarece el coste todavía más.
De momento, en España no hay parques eólicos sino prototipos en fase de ensayo en Canarias, País Vasco y Cantabria. En nuestro país se trabaja con proyectos experimentales y se estima que en 2025 habrá aerogeneradores por todas nuestras costas. Implementar este tipo de instalaciones será un importante factor de desarrollo para nuestro país, porque tiene las empresas especializadas y la tecnología necesarias para llevarlo a cabo.
A principios de 2021, se anunció el primer parque eólico flotante a escala industrial en España. Esta instalación requerirá de una inversión que superará los mil millones de euros y estará ubicada en las costas de Galicia, Andalucía o Canarias. Serán 300 MW de energía limpia y está previsto para 2026.
Se espera que genere más de 2.800 empleos anuales y en el proyecto participarán hasta 66 empresas y centros tecnológicos españoles. Nueve comunidades autónomas estarían implicadas en la instalación.
Es una gran noticia en este campo con una compañía que por fin hace esta apuesta en nuestro país, ya que hasta ahora sus proyectos de parques eólicos marinos se habían centrado en otros países europeos y también tiene en marcha otros en Estados Unidos.
Walney Extension es el nombre del parque eólico marino más grande del mundo. Se encuentra ubicado en la costa de Cumbria, al noroeste de Inglaterra, y tiene una potencia instalada de 659 MW. Como ves, la diferencia es abismal entre esta instalación y la que pretende ser la más grande en las costas españolas (Elisa, con 50 MW).
El proyecto del que es el mayor parque eólico offshore del planeta lo lleva a cabo la compañía danesa Ørsted.
Es, precisamente, Reino Unido el país con mayor capacidad de energía eólica marina instalada de toda Europa, ya que acapara el 44% de todas las instalaciones de este tipo de energía (en MW) de todo el continente. Tras los británicos están Alemania (34%), Dinamarca (7%), Bélgica (6,4%) y Países Bajos (6%).
Un informe europeo asegura que los parques eólicos marinos del continente tienen una profundidad media de 27,1 metros y que se encuentran a una distancia media de la costa de 33 kilómetros. Se trata de un análisis del año 2019, el cual indica que este tipo de instalaciones se están 'acercando' a la costa, ya que dos años antes la distancia media de estos parques eólicos offshore era de 41 kilómetros.
Centrándonos en Walney Extension, el mayor parque eólico marino del mundo se sitúa a unos 19 kilómetros de la costa oeste británica. En concreto, en el Mar de Irlanda, el que separa Reino Unido e Irlanda, y tiene una superficie de unos 149 kilómetros cuadrados.
Esta impresionante instalación puede abastecer de energía renovable a casi medio millón de hogares, lo que significa una importante reducción de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Y no es el único gran parque eólico en el mar de las costas británicas. El conocido como London Array cuenta con una potencia de 630 MW. Fue inaugurado en 2013 y está situado frente a la desembocadura del río Támesis, en el sureste de Inglaterra. Tiene 175 aerogeneradores y también cuenta con una capacidad suficiente para abastecer de energía a cerca de medio millón de hogares.
Los avances en energía eólica son cada vez más prometedores. En las instalaciones terrestres, por ejemplo, una de las grandes innovaciones recientes ha sido el desarrollo de sistemas de obtención de energía eólica sin palas, lo que facilita su instalación y reduce el impacto ambiental, además de ahorrar costes.
Pero también se producen avances a pasos agigantados en los parques eólicos marinos. Sin ir más lejos, en España se espera una revolución en ese sentido a medio plazo y no se ha instalado aún ningún parque offshore cuando se anuncian nuevos proyectos con tecnología todavía más puntera.
El mar ofrece muchas posibilidades para seguir explorando en energías renovables, lo que será un importante factor de desarrollo económico.
Cada vez será menos raro ver este tipo de megaestructuras en el paisaje de nuestras costas, puesto que las ventajas que ofrecen invitan a apostar por este sistema de cara al futuro próximo.