El biometano es un gas combustible de origen renovable. Se trata de un componente que se obtiene tras someter al biogás a un tratamiento que recibe el nombre de “upgrading”. En líneas generales se podría definir al biometano como a un biogás que se ha sometido a un tratamiento purificador.
El biometano tiene diferentes usos. En primer lugar, se trata de una alternativa al gas natural. Además, se puede inyectar a la red de gas y puede ser distribuido para su consumo. Por otro lado, puede generar electricidad y calor. También puede ser utilizado para la propulsión de vehículos y como materia prima para generar componentes como el hidrógeno.
Finalmente, destacan otros aspectos menos técnicos como el hecho de que ayuda a generar empleo, propicia la economía circular, ya que permite aprovechar los recursos del campo e incluso sirve para obtener un provecho de los residuos.
La composición química del biometano se basa en la mezcla gaseosa de gas metano, de CO2, de partículas y siloxanos y de otros compuestos como el SH2, el O2, el N2 y el NH3.
No todas las plantas de biometano son iguales. De hecho, sus características varían en función de su diseño, pero todas ellas tienen el mismo procedimiento para tratar los desechos. El primer paso es el de la recepción en el que se reciben los desechos, aunque hay casos en los que estos desechos han sido tratados previamente.
Durante los siguientes 20 o 30 días tiene lugar un proceso de digestión en el que esos desechos son sometidos a la descomposición. Seguidamente, se llega a una fase de postratamiento en la que los subproductos que se extraen del gas son centrifugados con el objetivo de separar el agua.
Finalmente, aparece el último paso que es el de la generación de energía. Este proceso se lleva a cabo con equipos de cogeneración y sirve para la obtención de energía térmica o de energía eléctrica.