Las bombillas halógenas se caracterizan por aportar un flujo constante de luz que se mantiene durante toda su vida útil. Además, la mayoría de ellas emiten una luz blanca brillante, pero esta se puede cambiar y emitir otros colores. También son bombillas muy eficientes que aportan una cantidad interesante de luz sin hacer un gran gasto de energía y su tamaño es muy compacto.
Las luces halógenas son un tipo de luz que se genera por las bombillas incandescentes. Esta variedad de bombillas tienen un filamento de tungsteno y su interior está lleno de un gas halógeno, que normalmente es el yodo o el bromo. Hace 20 años estas bombillas supusieron un gran avance y hoy en día forman parte de muchos hogares y oficinas.
Existen diferentes tipos de bombillas halógenas. La modalidad más extendida es la de casquillo R7S, también conocida como bombilla halógena alargada. Se caracteriza por aportar un tono de luz amarillento y por contar con un sistema de encendido instantáneo.
Otra modalidad son las halógenas con casquillos GU 5.3 que destacan por su regulación eficiente de la luz, o las halógenas G9 o G4 que aportan una luz amarillenta y que son las que están presentes en la mayoría de los hogares.
También se pueden encontrar bombillas halógenas lineales que hacen un ahorro del consumo del 20% en comparación con las halógenas tradicionales, y además, duran mucho más. Finalmente, se encuentran las bombillas halógenas LED que son modelos avanzados que aportan una gran calidad de luz y que destacan por ser muy duraderas y eficientes.
Las bombillas halógenas se caracterizan por ser bastante duraderas, la causa es que consumen alrededor de un 40% menos de energía que las bombillas tradicionales. Una bombilla convencional tiene una vida útil de unas 1.000 horas, pero las halógenas pueden aguantar hasta 3.000 horas sin fundirse.