Estamos hartos de escucharla y de utilizarla. Y de sufrirla, aunque nos creamos que no será para tanto, pero… ¿tenemos claro lo que significa realmente la palabra contaminación? Hoy, en EnergyGO, toca hablar de uno de los peores males que afecta a nuestro planeta. ¿Lo peor? Que la provocamos nosotros mismos y no parece que tengamos pensado dejar de hacerlo...
Cuando vemos las boinas que coronan algunas de las ciudades más grandes de nuestro país, señalar la contaminación es bien sencillo. Lo que igual no alcanzamos a entender es que la contaminación es mucho más que eso, y que la gran mayoría es completamente invisible a nuestros ojos. Lo que sí podemos ver son sus efectos, unos efectos que acaban con millones de vidas cada año. Que están matando a nuestro planeta poco a poco debido, entre otras cosas, al calentamiento global.
La contaminación es toda sustancia física o química introducida por las actividades del hombre en el medioambiente y que afecta de forma negativa a la vida en él, ya sea humana, animal, vegetal o de cualquier otro tipo.
Puede ser atmosférica (polución), térmica, del suelo, lumínica, acústica...
Por norma general, el ser humano siempre piensa que está por encima del resto de las especies. Cierto, la evolución nos ha dado otro tipo de entendimiento, otras herramientas con las que vivir la vida aprovechándonos de todo lo que hay a nuestro alcance. Pero eso no significa que seamos inmunes. Ni inmortales. La contaminación también nos afecta, y bastante negativamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación ambiental puede provocarnos enfermedades respiratorias, cáncer de pulmón o alteraciones cardiovasculares. De ahí que cada vez sean más las grandes urbes que, por ejemplo, decidan limitar el tránsito de vehículos ciertos días al año para mejorar la calidad del aire que respiramos.