Diferentes expertos en el mercado eléctrico han publicado todo tipo de definiciones que tratan de explicar qué es el déficit de tarifa eléctrica. Una de las más aceptadas indica que el término déficit tarifario se refiere a la diferencia que existe entre lo que les cuesta a las empresas eléctricas generar y transportar la electricidad y los ingresos que obtienen de las cantidades que abonan los consumidores por tener acceso a la luz.
Cualquier temática relacionada con el déficit de tarifa eléctrica y su explicación siempre ha sido objeto de debate y de polémica. El motivo es que a las empresas eléctricas se les reconoció que eran beneficiarias de una deuda generada por crear y transportar la electricidad por un precio que era inferior a los costes que les suponía producirla y trasladarla.
Las causas del origen del déficit de tarifa eléctrica están relacionadas con errores de estimación y con decisiones políticas que generan cierta controversia en la sociedad. El motivo principal que hay detrás de la generación de este déficit es que los peajes que abonan las eléctricas se fijan cuando comienza el año, pero seguidamente el precio de la electricidad cambia debido a las subastas que se realizan prácticamente a diario.
Este contexto favorece que se produzcan errores de predicción que crean un déficit que únicamente es temporal y que, en principio, podría ser compensado por los años en los que las eléctricas obtuvieron un superávit en sus ganancias. Pero este escenario cambió en el año 2.000.
Al entrar el nuevo siglo, los diferentes gobiernos que accedieron al poder fijaron unos peajes que fueron aumentando el déficit de tarifa eléctrica.
La consecuencia de este último acontecimiento ha sido que el déficit tarifario ha pasado de ser puntual a ser estructural. Hoy en día el déficit de tarifa es superior a los 20.000 millones de euros, una cifra que a pesar de que está descendiendo, supera cualquier predicción.
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