España se ha comprometido a reducir sensiblemente sus emisiones contaminantes de aquí a 2030 y a eliminarlas por completo para el año 2015. De ahí que, aunque tarde, el auge de las energías renovables haya llegado al fin. Y de ahí que conceptos como el de la isla energética vayan a convertirse en trending topic en los próximos años. Hoy os contamos qué es este elemento artificial construido por el hombre y, sobre todo, para qué sirve.
La llegada de los parques eólicos marinos cambió las normas del juego. Al fin podían utilizarse turbinas eólicas mucho más grandes que en tierra, y la ausencia de accidentes naturales convertía a los océanos en el lugar idóneo para plantar estos modernos molinos de viento. El norte de Europa se convertía en un campo de pruebas magnífico para este menester, pero aún había que solucionar algo: los parques eólicos marinos operaban como elementos individuales, y aún se les podía sacar mucho más partido y de forma mucho más eficiente.
Así es como nació la idea de la isla energética, un elemento en el que Dinamarca se convertía en pionera al anunciar, en febrero de 2021, la construcción del primero de estos elementos en el continente.
¿Pero qué es una isla energética? Pues ni más ni menos que una isla artificial diseñada para recoger toda la energía de los parques eólicos circundantes con el objetivo de gestionarla y distribuirla a distintos países desde un mismo punto. ¡El futuro de las energías renovables era esto!
No se trata de una construcción económica (se espera que la isla energética danesa cueste 210 mil millones de DKK), pero como todo lo relacionado con este tipo de energía, se rentabiliza en muy pocos años.
En este caso en concreto, la capacidad eólica marina de Dinamarca en 2021 era de 1,7 GW, pero con la llegada de la primera fase de las islas marinas esta capacidad se multiplicará por cuatro. Y eso no es todo, para cuando el proyecto esté terminado, el país nórdico la habrá multiplicado por siete.