El Protocolo de Kioto es un acuerdo de carácter internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones netas de seis gases de efecto invernadero.
Es un protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se firmó el 11 de diciembre de 1997, aunque no entró finalmente en vigor hasta el 16 de febrero de 2005.
Es el compromiso de los países industrializados de limitar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero conforme a unas metas acordadas en un período de tiempo concreto. A estos países se les pide adoptar políticas y medidas de mitigación e informar sobre ellas de manera periódica.
Este protocolo sólo compromete a los países desarrollados en base a su mayor responsabilidad y a su también mayor capacidad de maniobra, ya que son las regiones más desarrolladas las principales causantes de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Además, el Protocolo de Kioto establece unos objetivos vinculantes que se marcan la reducción de las emisiones en un 5% entre 1990 y 2012.
El acuerdo está firmado por un total de 84 países, aunque hasta 192 países han firmado alguna de sus partes.
En Doha (Qatar) se aprobó el 8 de diciembre de 2012 un segundo período de compromiso, que comenzaría en 2013 y duraría hasta 2020 pero pasaron ocho años hasta que este acuerdo fue ratificado, tan sólo tres meses antes de la finalización del período de vigencia.
En 2015 se firmó el llamado Acuerdo de París, lo que volvió a dejar en nada el Protocolo de Kioto, ya que en la capital francesa se enfocó este compromiso internacional de manera diferente, con el objetivo de no superar un aumento de 2ºC las temperaturas pero no estableció metas de reducción concretas.
Además, en París se sumaron otros países que son grandes emisores de GEI, como China o India, lo que ha llevado a plantear que se retome el Protocolo de Kioto con un tercer período de vigencia.