La presión de la caldera es el mejor aliado que puedes tener en casa. Para ello es importante controlarla. La presión digamos que es como un regalo, si la manejas bien te dará alegrías, si lo haces mal, solo te traerá sorpresas.
Los equipos más modernos de calderas incorporan sistemas de seguridad para que haya la suficiente presión. En el caso excepcional de que baje a mínimos, saltará el aviso y la caldera dejará de funcionar.
Algo todavía más útil que saberla aumentar (los sistemas suelen hacerlo por si solos), es reducir la presión que se suele acumular al tener la caldera encendida todo el día.
Por lo general, la calefacción depende de una caldera que calienta el agua. Esta es la que llega a los radiadores y hace que aumenten su temperatura para distribuirla en el hogar. El circuito de la calefacción suele ser cerrado; la caldera trabaja con agua a presión.
Por esto mismo siempre hay que tener la presión en sus niveles ideales. Esta es una medida básica de protección y seguridad que la válvula de seguridad realiza de forma automática, pero que a veces falla y en la que el usuario puede intervenir.
La cifra convencional para aquellas calderas domésticas que funcionen a gas ronda entre el 1 y 1,5/2 bares. Aun así, cada marca y fabricante lo indican en la pegatina que incluyen con las instrucciones de seguridad.
En el caso de que la presión llegue al sobrepasar el límite, reducirla es una prioridad. Para ello aquí te traemos varios métodos. Si no te sientes seguro haciéndolo tú, entonces lo mejor será que llames a un técnico.
Siempre que necesites quitar presión a la caldera, primero acude a las instrucciones que marcará tu dispositivo, y después utiliza los consejos que te daremos aquí. En caso de que ninguno te sirva, lo primero que debes hacer es apagar el equipo para evitar peligros.
De hecho, ese es nuestro primer consejo. Igual que hacemos con el portátil, a veces reiniciar la caldera y dejarla apagada durante unas horas puede servir. Esto suele ayudar en la mayoría de los casos. Lo malo de este truco es que es momentáneo, por lo que no corrige el origen del problema.
Es recomendable purgar los radiadores una vez al año para evitar que se quede aire acumulado del circuito de calefacción. Ese es uno de los principales causantes del aumento de presión de la caldera. Asustate si hace ruidos raros al encenderse.
Puedes comprobarlo también poniendo la mano sobre los radiadores que más cerca estén de la caldera. Si estos están fríos, tienes un problema. Por eso lo mejor es que antes del invierno purgues los radiadores para eliminar el exceso de aire.
Te recomendamos que primero apagues la caldera y esperes un poco, ya que si lo haces directamente saldrá aire y agua caliente. Los radiadores suelen tener un extractor en la parte inferior para hacer la purga.
Coloca debajo cualquier recipiente, empieza a expulsar el aire y, para cuando comience a salir agua.
Tras unas horas, verifica el estado de la presión de la caldera. En el caso de que haya bajado ya tienes el misterio resuelto. Si no, pasa a intentarlo con el siguiente método.
Esta pieza es uno de los componentes que regulan directamente la presión de tu caldera. Tiene una membrana interna que recibe los golpes de la presión y los controla para que no suban demasiado.
Como te puedes imaginar trabaja con estrés continuo, por lo que puede necesitar reparaciones o algún tipo de recambio. Puede que con rellenarla baste (solo hay que ponerle un gas interno) o que directamente haya que cambiar el vaso por otro nuevo.
Esta pieza también tiene el nombre de “válvula de sobrepresión” y abrirla puede resultar ser una solución muy efectiva para bajar la presión de la caldera.
Antes de hacerlo no olvides de apagar la caldera y darle un tiempo para que el agua se enfríe. De lo contrario puede salir de forma descontrolada y provocar desperfectos.
Puede que, en un despiste, se te haya olvidado cerrar la llave de llenado. Esto podría explicar el aumento de presión. Por poco que entre, acaba acumulándose. Si ha llegado a un límite muy alto, abre la de vaciado para extraer el excedente.
Esta solución, aunque es la más efectiva, no se puede aplicar a todos los modelos. En algunos casos, las marcas no incluyen la llave de vaciado por lo que solo podrás recurrir a los otros métodos o a un técnico especializado.
Ademas de evitar que surja un problema grave con tu caldera, mantener a raya la presión te puede ayudar a ahorrar energía, ya que con ello obtendrá los mismo resultados pero con menos esfuerzo.
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