Los circuitos de calefacción más viejos pueden funcionar a la perfección, pero ya te aseguramos que su consumo es mucho mayor que los modelos actuales. Para mejorar su eficiencia puedes instalar o cambiar tus válvulas manuales por unas termostáticas.
Todas las instalaciones clásicas de calefacción incluyen un termostato de ambiente que se instala en una de las habitaciones que más se usen en la casa. Este es el que se encarga de encender la caldera cuando la temperatura ambiente está por debajo de la temperatura que has marcado.
Como ya sabemos, este sistema calienta el agua y envía a todos los radiadores de agua caliente para que aumenten la temperatura de la casa. En ocasiones, hay zonas del hogar que reciben otros aportes de calor (la caldera del vecino, una tienda…) y que no necesiten el empujón de los radiadores.
Por ello, instalar este tipo de válvulas permite ajustar perfectamente la temperatura del agua para que todos los espacios estén a los mismos grados. Esto hace que la potencia se ajuste dependiendo de las necesidades de cada habitación y así ahorres en la factura de la luz.
Lo primero que deberías saber es que debes tener unos conocimientos mínimos de fontanería para poder hacer esto tú solo. Un ejemplo es que debes saber hacer una junta de estopa, conectar diferentes elementos y montar un racor bicono. Si no es así, mejor llama a un técnico.
El proceso completo no lleva más de 30 minutos, por lo que el tiempo no será un proceso. Además, no te hará falta nadie más para realizarlo. Las herramientas necesarias para cambiar la válvula serán:
Ten en cuenta que los cubre radiadores, las cortinas o incluso las baldas pueden hacer que el acceso al mando de la válvula sea más incómodo. Existen ciertos modelos con válvulas conectadas a un mando a distancia que facilita su uso.
El proceso es muy simple, solo tienes que seguir unos cuantos pasos y en menos de lo que crees todo estará listo.
Para empezar, tienes que vaciar por completo el circuito de agua. Esto es muy importante, porque sino cuando desmontes la válvula actual saldrá todo el líquido cómo una fuente. En caso de que la abertura esté en la parte alta, con que vacíes la mitad es suficiente.
Las calderas incorporan una válvula de vaciado de la caldera para hacértelo más fácil. Purga el radiador más alto de toda tu casa y ya podrás ponerte manos a la obra con el cambio de válvula.
Una vez completado el vaciado, desenrosca la tuerca que une el radiador con la válvula ya instalada. Está unida por una tuerca de ajuste cónico que está atornillada en la rosca para garantizar un funcionamiento seguro.
Tira de la tubería con fuerza para soltar la antigua válvula. Es posible que necesites retirar una o dos abrazaderas de pared de la tubería para que tenga algo más de juego, no te preocupes, después las pondrás de nuevo.
Después, gira el cuerpo entero de la válvula para desenroscarlo y separarlo del racor roscado que tiene la tubería de la calefacción. Aunque la forma de desmontar el racor puede variar de una marca a otra, por lo general con una llave multiusos podrás hacerlo en segundos.
Algunos modelos incluyen dos pestañas enfrentadas que necesitan una llave especial para válvulas que encontrarás en cualquier ferretería.
Dependiendo de cómo sea la instalación de tu casa, tendrás que escoger entre una válvula recta o en ángulo. Ambas trabajan igual, solo cambia la facilidad para acceder a ellas.
El cabezal termostático de estas válvulas incluye un bulbo que actúa sobre la aguja que hay dentro del cuerpo. Esto sirve para ajustar el caudal de agua caliente que hay dentro del radiador para que llegue a la temperatura que has marcado.
Te recomendamos que, si sustituyes el racor de rosca cónica del radiador, hagas unas ligeras estrías en parte de arriba de la rosca con un cúter u hoja de sierra. Así conseguirás que la adherencia de la estopa sea mayor.
Una vez hecho esto, cubre la rosca del nuevo racor con una pequeña cantidad de pasta para juntas. No te cortes, dale cómo mínimo tres vueltas de estopa en el sentido de las agujas del reloj y enrosca el racor.
A continuación, vuelve a rellenar con pasta para juntas y un poco de estopa la malla del racor de entrada de agua y aplica una pequeña cantidad de pasta para juntas. De esta forma, cuando enrosques la nueva válvula, quedará fija y no tendrá pérdidas.
Justo antes de terminar de enroscar, tienes que detenerte frente al racor cónico del radiador y sigue girando hasta que las partes cónicas de ambas piezas encajen. Así quedará impermeabilizada sin siquiera utilizar juntas.
Coloca el cabezal termostático frente a la aguja y presiona la válvula con una mano. Mientras, con la otra aprieta la anilla de fijación. Dependiendo del modelo que hayas comprado, la fijación se realizará mediante engarzado o torniquete.
Una vez completado este paso, ajusta el cabezal termostático colocando la apertura máxima hacia el índice para establecer los niveles correctamente.
Ahora es el momento de volver a llenar el circuito de calefacción y revisar si los radiadores han cogido algo de aire durante el proceso. Púrgalos todos y elimina todas las burbujas que hayan podido aparecer.
Siguiendo esto sencillos pasos habrás hecho un gran avance hacia la eficiencia de tu sistema de calefacción. Con EnergyGO conseguirás trasladar esa eficiencia traducida en ahorro a todo tu hogar. Entra en nuestra web o llama al 900 y deja que te informemos.