Con el paso del tiempo los coches eléctricos han adquirido mayor presencia en las carreteras del todo el mundo. Las restricciones referidas a la contaminación de los vehículos de combustión son cada vez mayores y los fabricantes han decidido comprometerse a cambiar de forma paulatina su cartera de automóviles.
Renault, Volkswagen, Opel; todas las marcas proyectan ya un futuro libre de emisión de gases antes de 2035 (cuando no incluso antes). Al menos, eso en lo que respecta al futuro de Europa.
De forma paralela, los conductores, cada vez más comprometidos con el medioambiente, conciben a los vehículos eléctricos como la mejor opción para reducir la emisión de gases contaminantes.
Y ante esta situación en la que se prevé que los eléctricos dominarán el mercado, hay una pregunta evidente, ¿dónde los recargamos?
El sector empresarial al completo está aunando sus esfuerzos por lograr que nuestro futuro próximo sea lo más sostenible posible.
Compañías como Amazon, Facebook o Alphabet se han comprometido a reducir la emisión de CO2 en diez años, un propósito que no solo impactará en el medioambiente, sino que también es importante por su influencia en la sociedad.
Dentro de este propósito globalizado por reducir las emisiones de carbono, los coches eléctricos juegan un papel fundamental. Aunque los híbridos estén comenzando a adquirir mayor presencia, los eléctricos son los únicos que ofrecen una solución 100% sostenible.
Actualmente, los coches de combustión están viviendo un control de sus emisiones sin precedentes, el cual se regula por la normativa Euro6c. Esta normativa promovida por la Unión Europea limita la fabricación de coches que emitan más de 80 miligramos por kilómetro de óxido de nitrógeno.
Se trata de un precedente a la Euro7 que ha puesto contra las cuerdas a muchos fabricantes. Además, hay que destacar que estas medidas no son independientes, sino que van de la mano del objetivo de la Unión Europa de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
La carrera por globalizar el coche eléctrico ya ha llegado. Tal y como indican desde Híbridos y Eléctricos, durante el mes de junio la venta de coches eléctricos, híbridos e híbridos enchufables se incrementó en un 133%.
Es verdad que la comparación es engañosa (porque contrastamos con el año de la pandemia), pero el cambio de tendencia está ahí.
Los vehículos eléctricos ya no son solo el futuro, sino que se han convertido en nuestro presente. Una realidad en la que las electrolineras juegan un papel protagonista y complementario, sin las cuales este futuro sostenible no podría ser posible.
Las electrolineras, cada vez más comunes, son las estaciones donde los vehículos eléctricos pueden cargar sus baterías. Su nombre proviene, como ya habrás adivinado, de la combinación de “electricidad” y “gasolinera”.
Es decir, hablamos de “las gasolineras eléctricas”, las cuales poco a poco comienzan a tener mayor presencia en nuestras calles y carreteras, aunque no la suficiente como para dar respuesta a la alta demanda de vehículos eléctricos.
Una de las grandes ventajas que ofrecen las electrolineras a los objetivos medioambientales propuestos por la Unión Europea es que sus fuentes de energía son totalmente renovables.
Esto quiere decir que la utilización del coche eléctrico no solo es sostenible por sí misma, sino también la carga de sus baterías. Todo ello depende de la electrolinera, aunque la energía fotovoltaica, eólica e hidráulica suelen ser las más demandadas, dentro de ellas destaca la solar.
Las electrolineras de energía solar, también conocidas como fotolineras, son especialmente útiles porque utilizan toda la energía fotovoltaica recogida por la propia estación para recargar los coches, convirtiéndose de esta forma también en autosuficientes.
En España su implementación no deja de crecer ya que supone una gran ventaja para la recarga de vehículos. Las fotolineras recogen la energía fotovoltaica para convertirla en energía eléctrica, y almacenan la no utilizada. Un sistema totalmente eficiente.
En 2025 su utilización será obligatoria en Baleares, donde deberán estar disponibles tanto en aparcamientos comerciales, como en aquellos públicos gracias a la aprobación de este requerimiento bajo la Ley contra el Cambio Climático.
A diferencia de los hogares, donde la potencia suele ser más baja y normalmente suele realizarse de noche, las electrolineras ofrecen la gran ventaja de ser mucho más rápidas ya que su potencia es notablemente mayor.
Por ello se entiende que su carga es una “carga rápida”, aunque también dentro de ella hay una clasificación. Las electrolineras pueden ofrecer principalmente dos tipos de carga: la rápida o la ultra rápida.
En cuanto a la carga ultra rápida, puede completar aproximadamente tres cuartas partes de la batería en solo 30 minutos. Suele ofrecer alrededor de los 50 kWh y el tipo de corriente es continua.
Eso sí, es importante no hacer uso de esta de forma habitual ya que la batería puede dañarse con el paso del tiempo.
Aunque los tiempos de carga de los coches eléctricos difieran mucho del de los coches de combustible, su impacto medioambiental y ahorro económico merecen la pena.
Otra duda que suelen tener al respecto los conductores antes de adentrarse en el coche eléctrico es saber qué autonomía pueden llegar a tener sus vehículos tras haber cargado sus baterías en las electrolineras.
Para determinarlo, depende en primer lugar del tipo de carga escogida, el tiempo de duración de esta, los kWh traspasados y, por último, la capacidad de la batería del coche.
Los modelos con mayor autonomía suelen tener una capacidad de 58 kWh, que les permite recorrer hasta 420 kilómetros, aunque tampoco se distinguen tanto de los de menor autonomía, con una capacidad de 52 kWh, lo que corresponde a 390 kilómetros aproximadamente.
Si quieres saber cuál es la electrolinera más cercana a tu casa, puedes consultar este mapa de electrolineras, y el tipo de conector/carga que ofrecen. Una excelente noticia que nos ofrece este mapa es que hay electrolineras distribuidas por toda la península, aunque hay que destacar su presencia en ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona.
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