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El hidrógeno es el futuro de las energías renovables o alternativas. Con el objetivo de reducir las emisiones de carbono a la atmósfera, la Unión Europea ya apuesta por el hidrógeno renovable. No obstante, existen varios tipos de hidrógeno, que se clasifican según el color: verde, azul, gris, marrón o rosa, entre otros.
En este artículo vamos a explicarte qué tipos de hidrógeno hay, cómo obtener cada uno de ellos y cuál es el menos contaminante para el medioambiente.
El hidrógeno es un elemento químico muy abundante en el universo, pero no puede obtenerse directamente de la naturaleza. Para producirlo, es necesario dividir las moléculas del agua (H2O) o de algunos hidrocarburos, sobre todo el metano (CH4). Solo de esta forma es posible la obtención de hidrógeno libre.
Por eso, el hidrógeno no es una fuente de energía primaria, sino secundaria. Además tiene numerosas utilidades: se puede utilizar para generar electricidad, luz, calor, combustible, etc. Incluso para almacenar energía y pueden combinarse todos estos usos, pero ¿qué tipos de hidrógeno hay?
Se producen a partir de carbón, gas metano y otros combustibles fósiles. Estos tipos de hidrógeno no son renovables y son los que más contaminan el medioambiente.
Sin embargo, el hidrógeno gris, el marrón y el negro son los más abundantes en la producción energética. Para reducir la huella de carbono, cada vez se usa menos. Dentro del hidrógeno negro, se encuentran el gris y el marrón. Al proceder de hidrocarburos, no ayuda a reducir las emisiones de carbono.
Por otro lado, el proceso de separar el hidrógeno de otros elementos requiere utilizar una gran cantidad de energía. No obstante, después descubriremos qué tipo de hidrógeno contamina menos.
Se trata de un tipo de hidrógeno renovable, ya que cumple con los requisitos mínimos para ello, según la Comisión Europea: procede en un 90% de energías limpias y sostenibles. Además, para ser considerado bajo en carbón deberá emitir menos del 70% de gases de efecto invernadero.
En concreto, el hidrógeno verde tiene el impacto más positivo sobre el medioambiente, ya que produce cero emisiones de CO2. Se obtiene a partir de energías renovables, como la solar y la eólica. Para su producción, se genera electricidad a partir de la electrólisis del agua.
Sobre todo, el verde sustituye al hidrógeno gris en determinados procesos industriales. Sin embargo, aún se trata de una energía renovable en pleno desarrollo. Actualmente, el hidrógeno de bajas emisiones de CO2 representa menos del 1% de la producción total, según la Agencia Internacional de la Energía.
También se puede obtener hidrógeno verde a partir de residuos orgánicos, con el proceso de fermentación oscura o biohidrógeno. Por su parte, el hidrógeno azul no tiene tantas ventajas como el verde, pero es sostenible.
En cuanto al hidrógeno rosa, este se produce con la electrólisis a partir de la energía nuclear. La ventaja de este tipo de hidrógeno es que no emite gases de efecto invernadero a la atmósfera, pese a proceder de la energía nuclear. Además, la Unión Europea ha decidido equiparar el hidrógeno rosa al hidrógeno verde.
Por último, tenemos el hidrógeno experimental. El naranja utiliza los residuos emitidos a la atmósfera, evitando así que tengan un impacto medioambiental negativo.
Aunque este tipo de hidrógeno no impide las emisiones de CO2, aprovecha todas estas sustancias tóxicas y las almacena de forma segura, impidiendo que lleguen a la atmósfera.
También está el hidrógeno blanco, que se almacena en forma de gases en contenedores subterráneos. De esta manera, el objetivo es que sea lo menos contaminante para el medioambiente.
A diferencia del hidrógeno gris y el verde, no hay un proceso de electrólisis, ya que se encuentra directamente en la naturaleza, concretamente en el subsuelo. Este se obtiene a partir del gas natural y otros hidrocarburos.
Bajo el nombre de Pacto Verde Europeo, la Unión Europea ha decidido marcarse una serie de objetivos para el año 2030:
A todo esto, se pretende que para 2030 al menos un 42% del hidrógeno proceda de fuentes de energía renovables y un 60% para el año 2035. Además, la Asociación Española del Hidrógeno quiere que España pueda llegar a producir cantidades suficientes de hidrógeno verde para su propio abastecimiento.
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