Puede parecer contraintuitivo, pero que haya hielo en el congelador no es buena señal. De hecho, es el síntoma más claro de que algo no marcha bien. Y si además te sucede durante el verano, pues es todavía más preocupante.
La acumulación de hielo y escarcha en tu nevera hace que el funcionamiento de esta se vea afectado y su consumo aumente. Si el congelador acumula esa cantidad de hielo, el motor de la nevera necesita más energía, se acaba calentando y puede incluso dejar de funcionar.
Por lo general, los nuevos electrodomésticos vienen equipados con un sistema no frost que garantiza que la zona no cree escarcha ni tampoco se llene de hielo. Sin embargo, no todas las neveras son de último modelo y cuestan mucho dinero.
Aun así, incluso con ese sistema, existen frigoríficos que siguen generando la acumulación de hielo y escarcha. Esto puede deberse a un mal funcionamiento del motor o diversas causas que podemos solucionar de forma rápida y sencilla.
Todos necesitamos respirar, los electrodomésticos también. Cuando el sistema de ventilación del congelador falla de forma parcial o total el congelador comienza a generar hielo en mucha cantidad.
Esto puede hacer que se caliente el motor y la nevera enfríe menos, y en el peor de los casos, acabe estropeada para siempre. Si pasa esto te recomendamos que revises la garantía por si puedes llevarla al servicio técnico.
Para evitarlo, lo mejor que puedes hacer es separar unos 15 centímetros la nevera de la pared.
La zona del congelador tiene que estar siempre bien aislada y tener un vacío claro para que pueda trabajar de forma correcta. El problema de ajuste de la puerta con la goma puede desencadenar un error en el cierre y que, al entrar aire, se forme escarcha o incluso piedras de hielo.
Comprueba siempre que queda bien cerrada, porque de forma contraria a lo que pensamos, si queda un poco arrimada, no se descongelará todo, sino que se convertirá en un gran bloque de hielo.
Cuando existe una gran cantidad de humedad dentro de la zona de congelación, lo más normal es que se condense y se forme hielo o escarcha tanto en las paredes como en los cajones. Los problemas de humedad suelen darse en los congeladores poco a poco, pero si no se quita, acaba formando placas.
Te recomendamos que no metas ningún tipo de alimento caliente en el interior, tampoco dejes botes con líquidos mal cerrados, así evitarás que aparezca hielo por todas partes.
La suciedad que se acumula en la parte trasera o de algunas piezas de la nevera hace que en muchos casos deje de funcionar total o parcialmente. En especial, es importante que la zona del ventilador, la puerta y las gomas estén bien limpias.
Además, también es recomendable limpiar las bandejas y raíles del congelador para que no se acumulen pequeños trozos de hielo de líquidos y demás. Y no solo esto, sino que también evitarás los malos olores que se acumulan tras un tiempo.
También te recomendamos que vacíes la nevera, limpies y descongeles todo por completo al menos una vez al año para que todo quede como nuevo.
Aunque el frigorífico no de problemas visibles no está de más revisarlo de vez en cuando o comprobar si sigue funcionando igual de bien que hace unos años. A simple vista puedes no notarlo, pero si prestas atención y ves alguna goma medio suelta o escuchas un ruido raro.
Por eso mismo, no viene nada mal que llames a un técnico para que revise todos tus electrodomésticos y eche un ojo al frigorífico.
El uso eficiente de la nevera y el congelador te pueden ayudar a reducir tanto el hielo que se forma como el precio de tu factura. Por eso mismo es importante que evites abrir y cerrar el frigorífico muchas veces y de forma continua. Es cierto que en ocasiones es imposible, pero eso son excepciones.
Si estás todo el rato abriendo y cerrando la puerta del congelador o nevera, el frío se irá y el motor tendrá que trabajar más. Pero no solo eso, sino que también hay más probabilidades de que se quede la puerta abierta.
En el caso de que compartas la nevera con otras personas, como familia o amigos, lo mejor es que solo una persona abra la nevera y coja todo lo necesario en vez de levantarse cada uno a por una cosa. Lo mismo si vas a cocinar, saca todo antes para tenerlo listo y abrir lo menos posible.
Todo esto hará que tu electrodoméstico tenga una vida mucho más larga, pero no es el único beneficio, tu factura de la luz también bajará. Desde EnergyGO tenemos otro pequeño secreto para que tu ahorro aumente más, venirte con nosotros.
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Los enchufes son un punto de peligro muy alto para los más pequeños por su conexión directa con la corriente eléctrica.
Es importante que conozcas cada una de las partes del sistema eléctrico para identificar y reparar las averías cuanto antes.
Utilizar un cargador equivocado o conectarlo continuamente a una corriente demasiado potente pueden ser motivos por los que tu coche no carga.
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Es importante controlar los niveles de presión tanto por bajos como por altos para evitar que surjan problemas graves en el circuito de la calefacción.
