Trucos para reducir el consumo eléctrico de la nevera

12 Diciembre 2020 18:30

Estamos tan acostumbrados a convivir con la nevera, que muchas veces pasamos por alto que es uno de los electrodomésticos que más consumen y que, si le prestamos atención y aplicamos algunos trucos, este consumo eléctrico se puede reducir.

Así que toca agudizar el ingenio para ahorrar en la factura de la luz, también con respecto a nuestro frigorífico.

Regula la temperatura de la nevera para ahorrar luz

Parece de perogrullo, pero lo pasamos por alto más de lo que deberíamos. Regular la temperatura de la nevera favorece el ahorro de luz, podría alargar su vida útil y hasta ser beneficioso para los alimentos que guardamos en ella.

Algunas reglas básicas -además de consultar el propio manual de instrucciones de tu nevera- para saber a qué nivel de frío ponerla, son las siguientes:

  • Cuanto más calor haga en el ambiente, más fría tendrá que estar la nevera por dentro.
  • Lo mismo a la inversa: si la temperatura ambiente es baja, no necesitarás poner el frigo al máximo.
  • El contenido de la nevera importa: cuanto más vacía esté, menos grados tendrás que bajar y viceversa.
  • En una nevera ocupada por completo y en un entorno de temperatura media de 25ºC, los especialistas recomiendan que la nevera esté a -5ºC y el congelador a -18ºC, para que te hagas una idea.

Puede que subestimemos el poder de un sencillo movimiento en la ruedecilla que marca el nivel de frío, pero es algo importante, especialmente porque a nadie le gusta llevarse el disgusto de dar con una lata de cervezas helada al punto de no poder beberse o del embutido reseco y duro como el mármol debido a un exceso de frío. En el equilibrio está la virtud, que diría Aristóteles.

Clase energética del frigorífico para ahorrar 500 euros al año

También en el mundo de las neveras, siempre ha habido clases. Concretamente, clases energéticas.

Antaño no era muy común fijarse tanto en este aspecto como en la capacidad o diseño del frigorífico, pero ahora tener una nevera eficiente es una obligación para con tu bolsillo y para con el planeta.

Muchas tiendas de electrodomésticos ofrecen neveras clase energética A y, aunque su precio puede ser sensiblemente superior al de un refrigerador menos eficiente, merece la pena el esfuerzo inicial porque se amortiza en nada.

Igual ocurre con las crucecitas que acompañan a la letra de la clase energética. Para que te hagas una idea, pasar de una nevera clase A a una de clase A+++ conlleva un ahorro estimado de 500 euros al años, ya que la nevera clase A+++ consume menos de la mitad de la energía eléctrica que necesita la nevera A para funcionar.

Puestos a elegir... elige el tamaño de tu frigorífico con sabiduría

Suponiendo que estás en una tienda de electrodomésticos y tienes delante muchos modelos de nevera A+++, tienes otra misión por delante: escoger el tamaño adecuado.

Aviso a navegantes: esto no es como ganar un peluche en las fiestas de tu barrio, que vas de cabeza a pillarte el más grande. Necesitas una nevera que entre por la puerta de tu casa, que quepa en el hueco destinado para ella en la cocina y, súper importante, que no te arruine con una factura de luz estratosférica.

Piensa en el uso que le darás y elige un modelo sensato y funcional de acuerdo a la cantidad de comida que almacenarás en ella. Dato de referencia: la capacidad de la nevera se suele medir en unidades de volumen, normalmente en litros, y por cada 100 litros de capacidad de la nevera tendrás que pagar unos 15 euros al año, equivalentes a entre 120 y 125 kWh de consumo adicional, multiplicados por los días y horas de funcionamiento.

Hogar, dulce hogar... para tu nevera

Ya has elegido la nevera teniendo en cuenta su tamaño, su clase energética y hasta sabes a qué temperatura ponerla. Solo te falta llegar a casa y encajarla en ese rincón tan especial que será su hogar...

Cuidado aquí, porque una mala selección de este rincón te puede pasar factura. Concretamente, una factura de luz 15% más cara que si hubieses destinado un espacio más adecuado para tu frigorífico.

Grosso modo, estas son las características que debe cumplir el rincón ideal para que tu refrigerador funcione de forma eficiente:

  • Alejado de hornos, cocinas, lavavajillas y otros electrodomésticos que emitan calor.
  • Lejos de ventanas desde las que reciban impacto directo de los rayos del sol.
  • Separada de la pared unos pocos centímetros para que el calor de su motor circule y se disipe correctamente.
  • Enchufada en una toma de corriente exclusiva para evitar sobrecargas.

Frío, ese gran escapista

Suena a mito de madre pero es verdad: el frío de la nevera sale por la puerta cuando la mantenemos abierta o la cerramos mal.

Quizás te parezca algo baladí ya que la nevera está hecha para enfriar, ¿que se escapa el frío? Pues que fabrique más frío. Y, aunque no te falta razón, lo que sí te podría estar faltando con ese pensamiento es un poquito de eficiencia energética.

Solución: intentar mantener tu nevera ordenada y decidir antes de abrirla qué es lo que vas a buscar en ella, de forma que simplemente la abras para coger lo que necesitas e inmediatamente la vuelvas a cerrar.

Guisantes

Ah, y ojito con dejarla mal cerrada por culpa de ese puerro que hace tope: una nevera con fugas de frío no solo gasta más luz, sino que te puede estropear los alimentos.

Bonus track: jamás de los jamases guardes comida caliente en la nevera, ya que el choque térmico afecta, por un lado, a la propia comida que estás guardando, y por otro, al funcionamiento general y termorregulación de tu nevera.

Ni escarcha, ni escarcho: que la nevera sea "no frost"

Se han inventado las máquinas de hielo y los moldes de cubitos y las bolsas de hacer hielo y, por supuesto, la venta de hielo ya preparado por una noble razón: las neveras que forman escarcha y hielo en su interior funcionan peor que las no.

Tecnología mediante, los señores que hacen neveras han incorporado en muchísimos modelos recientes -por no decir que en todos- la etiqueta "no frost", que significa que la nevera es capaz de enfriar y congelar pero sin formar hielo ni escarcha.

Imagínate que eres un oso polar intentando pillar un salmón que está debajo de una placa de hielo. ¿A que te cansarías más que si fueses ese mismo oso polar cogiendo el salmón de la superficie? Sin duda, hay un gasto mayor de energía cuando la placa de hielo se interpone entre el salmón y tu garra de oso, ¿verdad?

Exactamente eso le pasa a tu nevera: la pared de tu nevera es el oso y la placa de hielo le impide alcanzar esos alimentos que has metido dentro. Así que una nevera con una placa de hielo y/o escarcha, necesitará hasta un 30% más de consumo de energía para enfriar la comida, que una que se encuentre el espacio despejado.

Ponla guapa cada poco con un completo mantenimiento de nevera

Aparte de la higiene en sus cámaras interiores, que la damos por hecha, queremos comentarte algunos trucos muy sencillos de mantenimiento de neveras para que la tuya esté siempre como el primer día. Una nevera en forma es una nevera que ahorra luz, no se te olvide.

  • Aspira la parte de atrás, haciendo hincapié en la rejilla del motor, una vez cada tres meses, para evitar que el polvo y la suciedad retengan el calor.
  • Limpia el interior con un producto antimoho apto para neveras y opta, si lo ves necesario, por incorporar algún dispositivo que absorba olores.
  • Revisa las gomas de las puertas por lo menos dos veces al año para asegurarte de que cierran perfectamente. Una nevera poco hermética es un coladero de kilovatios.
  • Asegúrate de que no tienes accesorios extra (baldas especiales para latas, tuppers para vegetales, moldes para hacer hielo, etc...) o alimentos que topen con las paredes del frigorífico, ya que esto impedirá la circulación del frío y encarecerá tu factura de luz.

Ya que estamos hablando de un uso responsable de la energía, aprovechamos para mencionar a EnergyGO, la energía eléctrica de Yoigo que solo utiliza energía 100% renovable, por si te interesa, además del ahorro, pasarte a la energía verde.

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