¿Qué consecuencias tiene el cambio climático sobre la agricultura? Este fenómeno se ha convertido en uno de los principales peligros del campo. De hecho, sus efectos ya se empiezan a observar en los alimentos y la agricultura.
La destrucción de campos de cultivo completos, la bajada de los rendimientos de la cosecha o la pérdida de calidad del producto son algunos de los problemas a los que nos enfrentamos.
En un planeta cada vez más masificado, la demanda de alimentos aumenta por segundos. Sin embargo, nuestros cultivos se enfrentan a un cambio climático imparable y muy agresivo.
El cultivo de los distintos tipos de frutas y hortalizas varía en función del clima. Sin embargo, esos climas han comenzado a experimentar cambios en los últimos años a causa del cambio climático.
Ahora, los agricultores se deben adaptar a situaciones que nunca habían vivido: temperaturas extremadamente altas, escasez de agua, nevadas inesperadas…
Además de las ya contadas, el cambio climático está provocando graves consecuencias. Ya que el clima se encuentra en un estado impredecible, es casi imposible planificar los procesos de la actividad agrícola.
Con la subida del nivel del mar, la agricultura de costa y zonas cercanas se ve amenazada. Esto puede derivar en la desaparición de algunos tipos de cultivos.
Los climas con temperaturas intermedias y suaves están desapareciendo en favor de los climas extremos (cálidos y fríos). Con el paso de los años, algunos alimentos puede que sean imposibles de plantar.
Con el cambio climático aparecen también nuevas plagas y enfermedades. Al aumentar o disminuir las temperaturas, se posibilita la aparición de bacterias o microbios que anteriormente no habrían podido sobrevivir en ese clima.
El suelo es uno de los principales afectados, ya que se encuentra degradado y con una erosión nunca vista. Si el cambio climático continúa, una gran parte de suelo fértil pasará a ser estéril.
Los agricultores hacen todo lo posible para que sus cultivos no se vean afectados por el cambio climático. No obstante, es muy probable que las frutas y hortalizas sufran las consecuencias.
Uno de los principales cambios es la pérdida en la calidad del cultivo. Algunas frutas y hortalizas requieren una temperatura mínima para obtener resultados óptimos. Con el cambio climático, esto se convierte en tarea imposible en muchos territorios.
Por otro lado, nos podemos enfrentar a una situación de escasez de frutas y hortalizas. Al existir una climatología cada vez más adversa, muchos cultivos son incapaces de sobrevivir al cambio climático.
Una nevada inesperada o una ola de calor son capaces de destruir campos de cultivo enteros. Si no se mejora en prevención, la falta de este tipo de alimentos se puede convertir en una realidad.
Ante el avance de las plagas y enfermedades, los agricultores pueden utilizar pesticidas más potentes. Está demostrado que el uso excesivo de pesticidas perjudica la salud de los consumidores.
A su vez, los pesticidas provocan que los suelos pierdan su fertilidad natural y hacen que las plantas disminuyan su capacidad de absorber nutrientes del suelo. Además, perjudican la fauna local.
Los agricultores se han visto obligados a prevenir los efectos del cambio climático. Han utilizado diferentes herramientas y metodologías.
La agricultura de precisión se basa en aplicar los procedimientos adecuados, en el momento adecuado y usando los recursos correctos. Pretende actuar únicamente donde sea necesario.
Esta nueva agricultura se aprovecha de las herramientas más novedosas y busca mejorar la eficiencia de los cultivos. El uso de satélites, drones y análisis de la tierra son algunas de las novedades que implementa.
Las principales ventajas de este tipo de agricultura son:
Al aprovechar el agua de la lluvia se puede reutilizar para el riego de los cultivos. De esta manera, los agricultores tienen una forma de luchar contra la sequía.
Es necesaria la construcción de depósitos para almacenar el agua, pero de esta manera se evita usar el agua de la zona. Sin embargo, esto puede provocar algunos problemas al modificar el nivel de agua subterránea.
El agua es uno de los recursos fundamentales para los cultivos, por lo que su tratamiento es vital. Cuando aumenta la escasez, una distribución planificada y efectiva es vital
Uno de los sistemas más usados es el de riego por goteo. Gracias a este método, los cultivos cuentan con la humedad necesaria para desarrollarse sin desperdiciar agua.
La erosión del suelo se acelera por su uso excesivo para cultivar. Por ello, dejar un terreno sin cultivar durante un periodo determinado resulta muy beneficioso para la salud del suelo.
Aunque la agricultura sea vital para el ser humano, algunas prácticas que realiza resultan muy perjudiciales para el planeta. En gran parte, son los principales causantes de la degradación del suelo.
Casi dos tercios del agua que se consume en el planeta se destina a los cultivos. Esto nos muestra la importancia que tiene la agricultura en nuestra vida.
A su vez, se debe tener en cuenta que la deforestación en favor de la creación de nuevos campos de cultivos ha derivado en grandes problemas de biodiversidad.
Como hemos dicho antes, el uso de pesticidas es muy perjudicial. Al igual que pasa con los fertilizantes, el exceso de este producto se filtra hacia las aguas subterráneas y termina por contaminar lagos, ríos y mares.
En EnergyGO estamos muy concienciados con la lucha contra el cambio climático. Aprende a combatirlo y sus consecuencias. Si quieres saber más, visita nuestra web o llámanos al 900 733 895.
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