Una de las prioridades de la sociedad actual es acabar con la dependencia energética. A su vez, otro ideal sería conseguir la descarbonización de la economía. Estos planes son vitales para el futuro de Europa. En este plan, los corredores europeos de hidrógeno van a ser las infraestructuras protagonistas.
Como hemos mencionado, el hidrógeno tendrá un rol fundamental en la descarbonización de la economía y sociedad. Esto no será fácil, pero con la creación y desarrollo de las infraestructuras necesarias se conseguirá una logística adecuada.
De esta forma, se conseguirá desarrollar un mercado europeo líquido y competitivo. Este es el objetivo de la iniciativa European Hydrogen Backbone (EHB), que pretende impulsar la competencia, seguridad de suministro y colaboración entre fronteras en base a esta potencia energética.
El EHB lo componen 31 operadores de infraestructuras procedentes de 29 países europeos que comparten la visión de un continente climáticamente neutro. Su apuesta es clara: desplegar un mercado del hidrógeno verde y de bajas emisiones que sea eficaz y eficiente.
Desde su fundación en el año 2020, EHB ha trabajado para demostrar que la red de hidrógeno europea es una opción viable, tanto en términos técnicos como económicos. Dadas las diferencias regionales de suministro existente y la demanda de cada país, la conexión es algo necesario.
La visión del EHB es que en 2030 existan cerca de 28.000 km de ductos de hidrógeno que unan centros industriales, al igual que puertos y valles del hidrógeno. A largo plazo (2040) la intención de esta organización es que el recorrido llegue a los 53.000 km.
Según el REPowerEU el objetivo de este plan es una producción de al menos 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en nuestro continente. Además, también tienen la intención de importar otros 10 millones de toneladas.
La idea principal es que, con estas infraestructuras y el nuevo combustible, se pueda reducir o sustituir el gas que consumimos en la Unión Europea proveniente de Rusia. Todo esto se enmarca dentro del plan de la Comisión Europea para eliminar la dependencia de la Unión Europea con respecto a combustibles fósiles rusos.
Para cumplir con todos los objetivos de la demanda y los suministros de hidrógeno que se plantean para el año 2030. La unión Europea estima que se necesitan corredores a gran escala, de otra forma no se podrán transportar tales volúmenes de hidrógeno.
En un principio, el EHB necesita cinco corredores para suministrar el hidrógeno a todos los puntos de demanda con un bajo coste, aunque en el futuro pueden ser más.
Por un lado el corredor A, que va del Norte de África a Europa meridional. Le siguen el B y C que se extienden del Suroeste de Europa al Norte de África y por el Mar de Norte respectivamente. El Corredor D cruza las regiones nórdicas y bálticas, mientras que el Corredor E se extiende por la Europa oriental y sudoriental.
Estos grandes corredores están alineados con los tres planteados por ERPowerEU (instalados en el Mediterráneo, otro desde el Mar del Norte y el tercero que atraviesa Ucrania.
Esta iniciativa nació con un objetivo claro, el de dotar a Europa con la capacidad de crear un mercado paneuropeo del hidrógeno. Con la conexión de diferentes zonas de Europa será más fácil abastecer todas las zonas que lo necesiten de forma estable y segura.
Además, esto permite acceder a grandes cantidades de hidrógeno en poco tiempo, tanto por vía de la auto proporción como de la importación. Para esto se crea el Corredor del Norte de África con Europa Meridional, que de hecho pasa por la Península Ibérica).
El desarrollo y la integración de fuentes energéticas renovables, junto al apoyo al desarrollo de industrias “verdes, innovadoras y sostenibles” es un punto primordial para el EHB.
De la misma forma, buscan reforzar la resiliencia del sistema energético europeo y una gran dependencia por si se dan casos de extrema emergencia como lo sucedido en la guerra entra Rusia y Ucrania.
La realidad de los corredores de hidrógeno está cada vez más cerca, pero también aumenta la urgencia y necesidad de finalizarlos. Para tener los corredores acabados en 2030 los países involucrados tienen que trabajar con decisión y agilidad para impulsar las cinco medidas que propone el EHB.
La necesidad de avanzar cada vez es más importante porque incluso países como Alemania (con gran peso en Europa) se plantean volver al carbón debido a los fallos en el suministro de gas por los conflictos bélicos.
Esto no se puede permitir por el simple hecho de que, aunque estamos en la dirección correcta, el mundo sigue sufriendo los efectos del cambio climático y los termómetros no paran de subir. Por ello, la apuesta por el mercado del hidrógeno tiene que entrar en la política comunitaria.
El aumento de las interconexiones por tubería “Hydrogen ready” junto al posicionamiento de España en este contexto serán habilitantes para conseguir todos los objetivos.
España tiene un gran papel en esto debido a las oportunidades que da la generación de electricidad procedente de fuentes renovables, todo el potencial de despliegue de plantas de producción y su interconexión con el backbone español del hidrógeno.
Mientras esperamos que estos planes se cumplan, por nuestra parte tenemos la responsabilidad de controlar el consumo y hacer un uso eficiente de la energía en nuestros hogares.
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