Hemos leído y escuchado la palabra aerosol mil veces, pero… ¿Sabemos exactamente para qué es o qué usos podemos darle? En E-renovables hemos decidido poner fin a estas dudas de una vez por todas, ¡sigue leyendo y aprenderás todo lo que necesitas saber!
Aunque hay quien llama aerosol al frasco que lo contiene, en realidad el aerosol es la sustancia que hay alojada en el interior. Se trata de una suspensión coloidal, o lo que es lo mismo, una mezcla de partículas minúsculas, líquidas o sólidas, mezcladas con un gas en el que están suspendidas. Puede ser de origen humano, como la laca que usamos para el pelo, o de origen natural, como las tormentas de polvo (tierra suspendida en el aire) que llegan cada año al sur de España desde el norte de África.
Por desgracia, los efectos de los aerosoles sobre nuestro cuerpo pueden llegar a resultar muy nocivos. Si las partículas que llegan flotando son relativamente grandes, no suele haber problema, porque son filtradas por la nariz y la garganta y eliminadas de nuestro organismo. Lo malo es cuando son de menos de 10 micrómetros. En esos casos, las partículas pueden llegar hasta los bronquiolos, los bronquiolos y los pulmones y ocasionarnos numerosos contratiempos respiratorios. De hecho, si son suficientemente pequeñas, pueden traspasar los pulmones y afectar a otros órganos, como por ejemplo el corazón. Estos son algunos de los problemas de salud que pueden provocarnos los aerosoles:
Además, los de origen humano son muy contaminantes. El motivo es que contienen compuestos orgánicos volátiles (COV) que al entrar en contacto con la luz del sol liberan gases altamente perjudiciales. Los aerosoles pueden cambiar el clima, entre otros motivos, por la creación de smog, una capa de ‘niebla’ que no deja pasar como debiera la radiación solar.
Actualmente, se distinguen dos grandes tipos de aerosoles. Uno de ellos son los aerosoles naturales, que son aquellos que proceden del medio ambiente. Por otro lado, aparecen los aerosoles antropogénicos, que son los que se producen a causa de la actividad humana.
Otra clasificación que determina los tipos de aerosoles que se pueden encontrar se basa en la división entre aerosoles primarios, que son aquellos que emiten partículas que llegan a la atmósfera, y los aerosoles secundarios, que se crean en la atmósfera debido a la generación de procesos químicos y fotoquímicos.
Un uso inadecuado de aerosoles puede generar daños en la propia salud y en el medioambiente a través de su presencia en la capa de ozono. En lo que se refiere a la salud, es esencial emplearlos bajo prescripción médica o recomendación farmacéutica. En lo que respecta a otro tipo de aerosoles, es importante emplearlos cuando se cumplan ciertas medidas.
Una de esas medidas se basa en revisar las instrucciones de los fabricantes y ceñirse a las recomendaciones que indican. Generalmente, y a modo de precaución, es conveniente usarlos en zonas bien ventiladas para evitar la exposición a vapores tóxicos. Por otro lado, hay que evitar inhalarlos o que entren en contacto con la piel y los ojos. Las gafas de seguridad y los guantes son elementos muy útiles.
También es importante usar los aerosoles que hayan estado previamente almacenados en lugares frescos y secos. Finalmente, es importante dejarlos en un punto limpio después de que se hayan utilizado. De esta manera, no se convertirán en una amenaza para el medioambiente.