A estas alturas del cuento estamos más que hartos de escuchar hablar del calentamiento global. Puede que incluso nosotros hayamos utilizado el concepto en alguna que otra conversación, pero más allá de lo evidente… ¿sabemos qué es realmente el calentamiento global? Hoy toca hablar de uno de los problemas que más preocupa a la comunidad científica internacional, pero explicado para gente como nosotros. Porque todos debemos ser parte de la solución.
Durante los últimos años habremos escuchado en mil ocasiones de que ‘nuestros hijos no conocerán los inviernos que hemos vivido nosotros’. Pero es que nosotros ya no hemos vivido los de nuestros padres y abuelos. La temperatura de nuestro planeta se ha visto incrementada una barbaridad durante el último siglo. Concretamente, en torno a un 25% desde las registradas en el año 1900. Esto es debido al calentamiento global, un efecto derivado directamente de la actividad humana. Todas las acciones que el hombre ha emprendido para evolucionar durante los últimos 150 años han afectado muy negativamente a la Tierra.
Los gases desprendidos por la actividad industrial, o por los medios de transporte, han provocado cambios en nuestra atmósfera. Dichos cambios han conllevado la producción de un efecto invernadero que mantiene la superficie terrestre mucho más caliente de lo que debiera. Calentamiento global, derretimiento de los polos, subidas del nivel del mar, inundación de zonas costeras… Por desgracia, se avecina una gran debacle mundial si no ponemos freno a tanto exceso.
Creemos que los únicos que pueden actuar para frenar el calentamiento global son los gobiernos y las grandes multinacionales, pero de eso nada. Nosotros mismos, con gestos muy sencillos, podemos conseguir grandes cambios:
Si cada uno de nosotros estuviese mínimamente concienciado con esto, nuestra huella de carbono sería mucho menor y la salud de nuestro planeta, el único que tenemos, sería mucho mejor.