Cuando hablamos de una central eléctrica lo hacemos de una instalación en la que se convierte la energía mecánica en electricidad mediante diferentes procesos. Esto se lleva a cabo generalmente mediante la quema de un combustible para generar energía y posteriormente electricidad.
Dentro de una central eléctrica generalmente encontramos los siguientes elementos o partes claves en el ciclo de la generación de energía.
- Horno: donde se quema el combustible.
- Caldera: hasta ella llega el calor del horno y se hace hervir el agua para convertirse en calor o se impulsa el gas en el caso de las centrales de gas.
- Turbina de vapor, de agua o de gas: aquí se produce la energía mecánica mediante el calor, el agua o el gas.
- Torre de refrigeración: es por donde se expulsa el vapor de agua que se desprende de la caldera.
- Generador: está unido a la turbina y en él se consigue la transformación de la energía mecánica en eléctrica.
- Transformador: convierte finalmente la energía eléctrica.
- Línea de alta tensión: es por donde se transporta la electricidad a otros puntos.
- Puntos de consumo: son las oficinas o centros de trabajo de la central eléctrica.
El funcionamiento de la gran mayoría de las centrales eléctricas se basa en la presencia de uno o varios generadores eléctricos. Estas piezas hacen las funciones de máquinas giratorias que son capaces de convertir la potencia mecánica en potencia eléctrica.
En resumen, estos generadores son capaces de crear una corriente eléctrica. Para lograrlo esas máquinas se mueven a cierta velocidad entre dos elementos, uno de ellos es el campo electromagnético y el otro un conductor eléctrico. Un aspecto diferencial entre las diferentes centrales eléctricas es la energía que se tiene que emplear para que giren esos generadores.
También hay casos de centrales eléctricas que recurren a la quema de combustibles fósiles. Aunque este tipo de centrales han perdido protagonismo por la generación de agentes contaminantes. Por otro lado, aparecen las centrales hidroeléctricas que consiguen la energía aprovechando la fuerza del agua, o las centrales que apuestan por las energías limpias y renovables como la eólica o la solar.
Hoy en día es posible encontrar centrales hidroeléctricas, centrales térmicas, centrales solares, centrales nucleares, así como otras modalidades. Pero todas ellas parten de la base de ser centrales eléctricas, ya que son instalaciones que tienen capacidad para obtener energía mecánica mediante diferentes fuentes para posteriormente transformarla en energía eléctrica.
La superficie del territorio español supera el medio millón de kilómetros cuadrados y eso ha provocado que haya miles de centrales eléctricas en el suelo de España. Además, muchas de ellas se distribuyen en diferentes comunidades autónomas.
En lo que respecta a las centrales hidroeléctricas, hay cerca de 800 con todo tipo de tamaños y potencias, las más destacadas se encuentran en Castilla y León y en Extremadura. En cuanto a las centrales de energía eólica en España sobresale el parque eólico de “El Andévalo” que se encuentra en la provincia de Huelva.
En la comunidad autónoma de Castilla la Mancha también están ubicados grandes parques fotovoltaicos, uno de ellos es el de Puertollano y otro el de Olmedilla de Alarcón. Tampoco pasan desapercibidas las más de 6 centrales nucleares que se encuentran en territorio español y que registran grandes potencias.