Una empresa comercializadora de electricidad es aquella que se encarga de gestionar todos los aspectos económicos y contractuales del servicio de energía eléctrica a los ciudadanos, fijando un precio libre o establecido por el Gobierno.
Este tipo de sociedades privadas surgieron tras la liberación del mercado eléctrico en 2009.
Se trata de una compañía que realiza la facturación de la luz, no así de la instalación o mantenimiento, que serían tareas de las empresas distribuidoras de energía eléctrica.
En este caso, hay que señalar que puede haber compañías que aúnen ambas tareas y que, por ende, ofrezcan los dos servicios al cliente.
Además de la diferencia entre compañías distribuidoras y comercializadoras eléctricas, podemos distinguir estas últimas en dos tipos, según su forma de operar en el sistema eléctrico español.
Los usuarios son libres de elegir la comercializadora de electricidad que prefieran, sin necesidad de que sea la de referencia salvo en excepciones para ayudas estatales de carácter social.
Una vez elegida la compañía, esta le hará una oferta contractual que firmarán ambas partes, comprometiéndose a cumplirla.
Las empresas comercializadoras operan en función del número de clientes que tengan en su cartera.
Teniendo en cuenta esta cantidad, adquieren la energía necesaria para abastecer a todos.
Esto se hace a través de la compra de electricidad en las subastas del OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía).
Una vez obtienen la energía, pueden fijar los precios que ofrecerán a sus usuarios.