Un conductor de protección es un elemento que une a las masas de una instalación eléctrica con sus propios conductores de tierra. Esto quiere decir que la función del conductor de protección se basa en unificar los elementos conductores de una instalación eléctrica con los elementos sobre los que recaen las zonas metálicas de los aparatos eléctricos.
El conductor de protección destaca por ser un elemento metálico de vital importancia para el confort que pueda aportar una casa o un edificio. Entre los ejemplos más destacados se encuentran las cañerías o las calderas. El objetivo es contar con una protección frente a cualquier contacto indirecto que pueda alterar el funcionamiento de estos aparatos.
Actualmente, se pueden encontrar hasta tres tipos de conductores de protección. La mayoría de ellos se caracterizan por tener una protección frente a daños de procedencia química. Además, sus conexiones tienen que ser fácilmente utilizables para hacer pruebas o ensayos. Tampoco es conveniente que haya aparatos intercalados en la ubicación del propio conductor de protección.
Son aquellos que concentran a todos los conductores que tiene un circuito en una misma cubierta. Además, tienen diferentes colores para que cada aislamiento se identifique con la función de su conductor correspondiente.
Se distinguen del resto por usar el mismo aislamiento para todos los conductores. Es decir, tienen un mismo cable para un único hilo conductor. Normalmente, es el que se usa en los circuitos de interior.
Estos conductores de protección aseguran a las cajas de paso que están diseñadas para proteger a la instalación del repartidor de corriente y garantizar la seguridad de todo el sistema. Aunque hoy en día existe cierto debate en torno a si los caños de metal podrían considerarse conectores de protección.