Aunque cada vez hablamos de la educación ambiental con mayor naturalidad, lo cierto es que en muchas ocasiones no terminamos de tener claro qué significa exactamente este concepto. Eso sí, una vez hayáis terminado de leer estas líneas lo tendréis clarísimo. ¿Queréis saber qué es la educación ambiental? ¡Vamos con ello!
La educación ambiental es la que llevamos recibiendo en los colegios desde hace unas décadas. Pero también la que debemos aplicarnos durante el resto de nuestras vidas, ¡y la que tenemos que impartir siempre que podamos! La educación ambiental es transmitir una forma de entender la vida que sea mucho más respetuosa con el planeta que nos acoge. Al fin y al cabo, el ser humano nace y muere, no somos más que viajeros con poco equipaje, ¿qué derecho tenemos a dejarles a los que vengan detrás un planeta peor del que nos encontramos al llegar?
La educación ambiental es la mejor forma de crear buenos hábitos. De comprender cómo funciona el mundo, y cómo podemos aprovechar lo que nos brinda para hacer las mismas cosas contaminando muchísimo menos. Si estamos acercándonos a la idea de una sociedad y un sistema económico más sostenibles es gracias a la educación ambiental que hemos recibido a lo largo de nuestra vida. ¿Y sabéis qué? Que ese es el mismo motivo por el que las generaciones venideras serán mucho mejores aún que nosotros.
Uno de los principales problemas que tenemos a día de hoy con la educación ambiental es que hay que llevarla puesta de casa. Se enseña en los colegios, pero de un modo bastante comedido. De ahí que se haga necesario un esfuerzo un poco más amplio por parte de la comunidad educativa. Crear hábitos en personas mayores es complicado. Sin embargo, si aprovechamos los lienzos en blanco que son las mentes de los niños para enseñarles a hacer las cosas bien desde el principio… ¡tendremos (y tendrán) muchísimo terreno ganado!