El efecto fotovoltaico es el nombre que recibe la transformación de la luz del sol en electricidad. Para que esto ocurra tiene que haber un proceso que se lleva a cabo gracias a la intervención de los paneles solares.
Los paneles solares están formados por una estructura en la que predomina el silicio, un material que cuando absorbe los fotones de la luz del sol retiene su energía liberando un electrón. El resultado final de todo esto es que se genera un circuito eléctrico.
El efecto fotovoltaico tiene un ejemplo claro en los equipos de placas solares que pueden aportar energía eléctrica o energía térmica a una edificación. De nuevo, aparece el panel solar que es el elemento esencial para que se produzca el efecto fotovoltaico.
En la superficie de los paneles solares tiene lugar ese proceso de conversión de la luz solar en energía eléctrica. Además, también es en la superficie de estos paneles donde se encuentran muchas células que tienen capacidad para generar una gran cantidad de energía. De hecho, contando con varios paneles sería suficiente para abastecer de luz a una vivienda.
El efecto fotovoltaico fue descubierto en el siglo XIX, concretamente en el año 1838. Además, está confirmado que fue Alexandre-Edmond Becquerel quien descubrió el efecto fotovoltaico. Becquerel fue un físico francés que se sintió atraído por el ámbito científico gracias a la influencia de sus padres.
Este físico ha pasado a la historia por ser el inventor del panel solar. Este artefacto fue evolucionando desde su descubrimiento en el siglo XIX. De hecho, se utilizó en las misiones espaciales que tuvieron lugar en el año 1958.
Hoy en día el panel solar y el efecto fotovoltaico tienen un uso cotidiano en viviendas, en centros de trabajo o en edificios de oficinas. El descubrimiento de Becquerel ha permitido el abastecimiento de energía empleando una fuente inagotable como es el sol y protegiendo al medio ambiente con su uso.