El auge de los vehículos eléctricos y las energías renovables, así como el hecho de que España se haya comprometido a funcionar exclusivamente con estas últimas, ha hecho que la energía limpia esté en boca de todos. Eso sí, ¿tenemos claro lo que es la energía limpia y por qué se la llama así?
Casi toda la culpa del cambio climático, por no decir toda, la tiene la actividad humana. Cierto, la atmósfera de nuestro planeta habría ido degenerando igualmente, pero hemos acelerado el proceso hasta límites insospechados. De ahí que ahora estamos volcándonos con la energía limpia, ¿pero qué es? Pues un tipo de energía cuya obtención no hace ningún tipo de daño a nuestro planeta y que, más importante aún, no genera ningún tipo de amenaza contra él. Es el caso de las energías renovables, que se obtienen de procesos completamente naturales en nuestro entorno, son inagotables y no generan gases nocivos ni ningún otro tipo de residuo peligroso.
Si hay una forma de seguir funcionando a buen ritmo, sin que apenas afecte a nuestra economía, y además resulta que es mucho más ventajosa para nuestro planeta… ¿qué hacemos que no estamos explotándola desde hace años? Hemos dado algunos grandes pasos en el terreno de la energía limpia, ¡pero aún faltan otros muchos por llegar!
Es probable que al haberos mencionado las energías renovables ya sepáis por dónde van los tiros, pero por si acaso, hablaremos de los principales tipos de energía limpia. Para empezar tenemos la energía solar, que se consigue convirtiendo los rayos del sol en energía eléctrica gracias a las células fotovoltaicas de las placas solares. Después tenemos la energía eólica, que se consigue mediante el movimiento de las palas de los aerogeneradores. O la hidráulica, con mucha tradición en nuestro país gracias a las presas y pantanos, que genera energía eléctrica gracias a la fuerza del movimiento en los saltos de agua.