Nos las damos de modernos, pero lo cierto es que nuestros predecesores ya tenían sus propias formas de reciclar, como los envases retornables. Las generaciones actuales no saben lo que son, se han acostumbrado a ir a los contenedores de reciclaje y dejar allí sus botellas, pero lo cierto es que a día de hoy se sigue utilizando este sistema, por ejemplo, con las garrafas de plástico que se utilizan en las máquinas de agua que se pueden encontrar en algunas casas y empresas. ¿Queréis saber lo que son los envases retornables? ¡Os lo contamos!
Antiguamente, cuando nuestros padres y abuelos compraban algo en una botella de cristal, si se la devolvían vacía al comercio este les hacía un pequeño descuento en la siguiente compra. Las botellas de vidrio eran retornables, o lo que es lo mismo, se lavaban y volvían a utilizarse una y otra vez. Si no se llevaban nada más, el tendero les devolvía el importe del casco de cristal y quedaban en paz. Era una especie de depósito.
Y es que los envases de plástico pueden llegar a reutilizarse hasta 30 veces, mientras que los de cristal pueden llegar al medio centenar de ocasiones. A día de hoy no tenemos que llevarlos de vuelta al comercio, sino que los acercamos hasta el contenedor de vidrio más cercano. Las que sí suelen trabajar con envases retornables son las grandes compañías. De ahí que los negocios de hostelería sí sigan utilizando este sistema con gran parte de sus bebidas.
Los envases retornables de transporte o ERT son cajas de plástico que, a diferencia de las de cartón, pueden reutilizarse una y otra vez. La preocupación por el medio ambiente ha hecho que se hayan convertido en una tendencia en el mundo del transporte de mercancías, ¡y no podríamos alegrarnos más por ello! Se utilizan, se lavan y se devuelven de vuelta a la circulación.
En primer lugar, hay que partir de la base de que el envase retornable es aquel que vuelve a su propietario original después de que un usuario lo ha utilizado y ha abonado un dinero por haber hecho ese uso. Aunque cada empresa tiene sus propias políticas y puede haber variaciones en este proceso. Por otro lado, el envase no retornable es aquel que pasa definitivamente al comprador sin que haya una devolución y un intercambio de dinero.
Este rasgo es el que permite identificar a los envases retornables, y aunque hoy en día esta forma de reutilización de envases parece estar en desuso, hay empresas que siguen aplicando esta fórmula y que la ofrecen a sus clientes.
Generalmente, este proceso se lleva a cabo pidiendo los envases que se que van a ir consumiendo bajo una serie de formatos o condiciones en las que se especifica que habrá una devolución de esos envases. Una vez dado ese paso, cada empresa hará el ajuste económico pertinente con el cliente. El resultado es que el usuario abona una cantidad inferior a la que habría abonado por comprar directamente ese envase y haberlo acumulado o tirado una vez que ya no le diera su uso.
El proceso de la compraventa y de la gestión de los envases retornables consiste en la repetición de una compra. Cuando el cliente realiza un primer pedido de envases, efectúa un primer cargo como depósito que tendrá que recuperar una vez que haya usado el producto. Posteriormente, en los siguientes pedidos que se realicen se solicita la opción de optar por un envase retornable que tendrá que ser devuelto y el cliente tan solo abonará el precio correspondiente al contenido de ese envase.