La toxicidad, fuera, que diría Ibai Llanos. La existencia de gases tóxicos en la atmósfera entraña serios peligros para el ser humano, de ahí que sea uno de los aspectos a los que mayor atención se presta a la hora de establecer políticas de protección ambiental. Principalmente, porque es precisamente la acción humana la que hace que éstos tengan mayor presencia en el aire.
Los gases tóxicos son sustancias de carácter voluble, etéreo, de interacción molecular débil y de alta expansión física que, al interactuar con el cuerpo humano, resultan irritantes, dañinos e incluso letales.
Los contaminantes gaseosos más comunes son el dióxido de carbono, el ozono, los hidrocarburos, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los óxidos de azufre. Estos compuestos químicos son producidos por diferentes fuentes, pero la principal es de origen artificial: la quema de combustibles fósiles. Principalmente, sus emisiones provienen de la combustión de carburantes como el carbón y el petróleo para producir energía como el dióxido de carbono.
Los gases tóxicos abarcan una amplia variedad de compuestos químicos, cada uno con sus propias propiedades, usos y niveles de toxicidad. Algunos de los más comunes incluyen:
Estos gases pueden provocar desde irritaciones leves hasta efectos mortales, dependiendo de la concentración y el tiempo de exposición. Es crucial identificar y mitigar los riesgos asociados con su presencia.
Una preocupante consecuencia de la presencia de estos gases en la atmósfera es que favorecen el efecto invernadero, es decir, que son responsables del calentamiento global de la Tierra. Por eso es importante encontrar alternativas que eviten la emisión de estos gases a la atmósfera.
Como decimos, estos gases contaminantes pueden ser perjudiciales para el ser humano, con mayor o menor gravedad. Respirar los gases tóxicos puede producir efectos como pérdida de coordinación, desorientación, pérdida de consciencia, envenenamiento, asfixia e incluso la muerte en las situaciones más extremas. Por ejemplo, para hacernos una idea de sus consecuencias, cuando se produce un incendio, la inmensa mayoría de las muertes se producen por la inhalación de los gases que se desprenden de la combustión.
La industria es uno de los principales emisores de gases tóxicos, derivados de procesos como la combustión, la manufactura de productos químicos, la minería, entre otros. Los gases tóxicos más comúnmente generados en la industria incluyen:
Para proteger a los trabajadores y el medio ambiente, es fundamental implementar medidas de seguridad adecuadas, como sistemas de ventilación eficientes, equipos de protección personal (EPP), y protocolos de manejo y almacenamiento seguro de sustancias químicas.