El humo es uno de los productos más tóxicos que existen, ya que puede generar complicaciones respiratorias graves que pueden llegar a ser mortales para los seres vivos que se exponen a él. Asimismo, es altamente contaminante para el medioambiente.
El humo es la suspensión en el aire de pequeñas partículas sólidas que resultan de la combustión incompleta de un combustible. Se trata, por tanto, de un resultado no deseado de una combustión, ya que el producto en estado gaseoso resultante es consecuencia de una combustión que no llegó a completarse.
Hay que puntualizar que cuando una combustión se completa de forma satisfactoria se produce dióxido de carbono, agua y otros compuestos.
Tras la creación del humo se encuentra una reacción química entre el oxígeno y el material que se combustiona y que provoca el propio humo. Cuando un material se incendia tiene lugar un proceso en el que se produce una liberación de calor y gases. Esos mismos gases arrastran la ceniza y también están detrás de la generación del propio humo.
También hay que tener en cuenta que el humo es una consecuencia del fuego y para regularlo o controlarlo es necesario localizar la fuente del propio fuego. Todo esto hace que se recurra a sistemas como las cámaras infrarrojas que están ubicadas en zonas que detectan los puntos de activación de los incendios. Otro aspecto que evita las consecuencias negativas del humo es la revisión de artefactos como las calderas de gasoil o de cualquier elemento en el que se producen combustiones.
Los componentes principales del humo son las partículas líquidas atomizadas y las partículas sólidas carbonosas. Todo esto parte de la base de que el humo permanece en suspensión en el aire y en el que aparecen partículas sólidas que se generan en la combustión de un combustible.
Este contexto también favorece el hecho de que al humo se le considera como un subproducto generado a causa de la combustión de combustibles como la gasolina o el diésel. También está presente en las brasas y en combustiones similares.
¿Cuántos tipos de humo hay?
En estos momentos se contabilizan cuatro grandes tipos de humos. Uno de ellos es el humo blanco, que es el que se genera por la combustión de materiales vegetales. También aparece el humo amarillo, que contiene sustancias químicas como el azufre o el ácido clorhídrico y el ácido nítrico. Esas sustancias son las que dan ese colorido al humo.
Otra modalidad es el humo gris, que es el que se produce por materiales que tienen un alto componente de fibras artificiales y de celulosa. Finalmente, destaca el humo negro que procede de la combustión de materiales acrílicos, del petróleo y de diferentes plásticos.
La inhalación de humo es altamente perjudicial para el ser humano y para el resto de seres vivos porque, como hemos dicho, puede provocar problemas severos que pueden llevar incluso a la muerte. ¿Cuáles son las consecuencias de la inhalación de humo?
Esto quiere decir que el humo de las chimeneas de las fábricas o de cualquier otro establecimiento y la exposición prolongada puede provocar enfermedades respiratorias y cáncer.
Entre sus consecuencias se pueden señalar también la irritación en los ojos, la obstrucción de las vías respiratorias, la inflamación de las vías aéreas, etc. Todo eso deriva en tos, mocos, dolor de cabeza, náuseas e incluso desmayos cuando no se dan consecuencias mucho más graves como las que hemos visto antes.
El simple gesto de encender un cigarrillo en un lugar cerrado puede tener graves efectos para quien lo inhala en un espacio cerrado, sea la persona fumadora o quienes están a su alrededor. Y, en muchos incendios, ni siquiera el fuego es el que provoca la muerte, sino la inhalación de humo, lo cual deriva en una intoxicación letal.
