Un incendio forestal es la causa principal de la destrucción de los bosques del planeta, pero un fenómeno de estas características no solo tiene consecuencias para el medioambiente.
Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin control en un terreno forestal o silvestre, afectando a la flora y fauna del lugar.
Se trata de un fuego de gran magnitud que se propaga por una zona formada, principalmente, por árboles. Se caracteriza porque se extiende con mucha rapidez por una zona amplia y puede cambiar de dirección de forma repentina e incluso sortear obstáculos como ríos y carreteras, lo que hace que sea todavía más destructivo.
Hay tres elementos necesarios para que se produzca un incendio forestal:
Un incendio de estas características pone en peligro al medioambiente, pero también a las personas y bienes que hay a su alrededor. Un incendio forestal es la causa principal de la destrucción de los bosques y es preciso señalar que no solo se pierden árboles o vegetación, también animales, casas, fuentes de trabajo e incluso vidas humanas en el peor de los casos.
Hoy en día existen tres grandes tipos de incendios forestales. El primero de ellos es el fuego en las copas, en este caso las llamas se extienden por las copas de los árboles y apenas llegan al suelo. Ese factor provoca que las labores de reforestación sean más rápidas y eficientes.
Otro tipo es el del fuego en el suelo, esta modalidad de incendio forestal es la más habitual y daña la superficie de los bosques, la de los campos y la de los caminos, afectando a las especies animales y a la fertilidad del suelo. En tercer lugar, aparece el fuego en el subsuelo, este tipo es el más difícil de detectar porque las llamas prácticamente no se ven, el mayor inconveniente es que daña las raíces.
Existen diferentes causas que se encuentran tras la generación de un incendio forestal. Generalmente, todo se basa en factores humanos y ambientales. Estas son las más habituales.
Los incendios forestales tienen cuatro fases que dependen de su evolución y que marcan el grado de peligrosidad, además de marcar la manera de actuar en cada momento de los efectivos de bomberos que se ocupan de su extinción. Esas cuatro fases son las siguientes:
Extinguido: Es la fase en la que el fuego ha terminado y se puede saber o, al menos, prever que ya no podrá reactivarse.
Los incendios forestales traen consecuencias devastadoras para los entornos naturales y para los seres vivos que habitan en ellos. De hecho, muchos de ellos mueren a causa de este percance.
El ser humano es capaz de tomar medidas que previenen la aparición de los incendios forestales. Otro objetivo es evitar que este suceso vuelva a tener lugar en zonas que han sido quemadas y en las que se desarrollan planes de reforestación. Estas son algunas de las prevenciones más habituales.