Hablamos habitualmente de la capa de ozono y de la importancia de ésta para el desarrollo de la vida en el planeta, ¿pero sabemos realmente cómo funciona? ¿Conocemos todas las propiedades del ozono?
El ozono (O3) es un gas inestable formado por tres átomos de oxígeno. Su presencia en la atmósfera constituye el principal filtro de la radiación ultravioleta que proviene del Sol. Si ésta no fuera absorbida, llegaría directamente a la superficie de la Tierra, y esto sería muy perjudicial para el ser humano.
El ozono desempeña también un importante papel en el control de la temperatura de la atmósfera, ya que la absorción de la radiación ultravioleta por el ozono es una fuente de calentamiento de la estratosfera, que contribuye a que en esta región se presenten incrementos de temperatura con la altura.
El ozono es una molécula que se forma cuando las moléculas de oxígeno son excitadas lo suficiente para descomponerse en oxígeno atómico, de dos niveles energéticos diferentes, y las colisiones entre los distintos átomos son los que generan la formación del ozono. Es, por tanto, el resultado de la reordenación de los átomos de oxígeno cuando las moléculas son sometidas a una descarga eléctrica. Es, por tanto, la forma más activa del oxígeno.
El ozono es un compuesto gaseoso de un tono azul que, en estado líquido, a temperatura inferior a -115ºC, tiene color índigo (añil o azul intenso).
El ozono, por su propia naturaleza, es altamente oxidante, por lo que se encarga de desinfectar, purificar y eliminar microorganismos patógenos como virus, bacterias, hongos, moho, etc.
Y también puede eliminar los malos olores atacando directamente sobre la causa que los provoca y sin añadir ningún otro olor para encubrirlo (que es lo que hacen los ambientadores).
Tampoco deja residuos químicos, como ocurre con otros desinfectantes, ya que es un gas inestable que se descompone rápidamente en oxígeno por efecto de la luz, el calor y otras causas.