En las facturas de la luz aparecen todo tipo de datos, uno de ellos es el término fijo y se trata de un concepto importante porque expresa una cantidad que el consumidor tiene que abonar obligatoriamente. Por otro lado, es posible cambiar la cifra correspondiente al término fijo contactando con la compañía.
El término fijo de la luz corresponde a la potencia eléctrica que se ha contratado y que utilizan los aparatos eléctricos que se conectan a la corriente. El precio del término fijo está establecido por las compañías, por lo tanto, al hacer la contratación hay que tener claro cual es la potencia que mejor se adapta a las necesidades del consumidor. También hay que tener en cuenta que la cantidad correspondiente al término fijo de la luz es fija y se debe abonar independientemente de la energía que se consuma.
Conocer el término fijo de una factura de la luz es muy sencillo. Tan solo hay que revisar la propia factura y fijarse en una sección que recibe el nombre de “resumen”. Ahí aparece un importe que denominado “potencia” y que es el resultado de multiplicar el valor del término fijo por los kilovatios contratados.
Ese factor es el que hace que sea fundamental contratar la potencia que realmente se necesita, ya que si se contrata una potencia superior se estará pagando demás en la factura. Mientras que si se contrata una potencia inferior se pagará menos, pero no estarán cubiertas las necesidades del usuario.
Antes de decidir la tarifa de luz a la que se quiere acceder hay que valorar aspectos como la energía consumida. Pero también es importante fijar si se quiere acceder a una tarifa fija o a una tarifa variable de luz y para determinar cuál es la mejor opción tan solo hay que valorar las necesidades del consumidor.
La tarifa fija es la más recomendada para los consumidores que pasan muchas horas en su hogar o en su oficina y que tienen un consumo energético alto. Eso se debe que la cantidad a abonar en la tarifa fija es siempre la misma independientemente del consumo que se haga.
En lo que respecta a la tarifa variable es la más adecuada para las personas que pasan la mayor parte del día fuera de su domicilio. Esto se debe a que los precios en estas tarifas se dividen en tres tramos horarios que tienen diferentes precios. Los costes más bajos tienen lugar en la hora valle que corresponde a las horas que transcurren de madrugada y a los festivos y fines de semana.