¿Sabías que el calentamiento global afecta al desplazamiento de nuestro planeta? Así es. Por increíble que parezca, la gravedad de la Tierra y el cambio climático tienen mucha relación y en este artículo vamos a descubrir por qué ocurre esto.
Si todavía no eres consciente de que el cambio climático tiene un gran impacto en todos los aspectos de nuestra vida, en las próximas líneas hablaremos en profundidad de este tema que muchos aún desconocen.
Según una investigación publicada recientemente en la revista de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU), el cambio climático ha provocado, desde la década de 1990, una serie de desplazamientos en el eje de rotación de la Tierra.
Esto se debe a que la posición de los polos magnéticos ha cambiado en las últimas tres décadas. Concretamente, esto cambió por completo en 1995 y, desde ese año hasta 2020, los polos han acelerado su movimiento unas 17 veces en comparación a los datos de entre 1981 y 1995, según la AGU.
De hecho, para poder verificar que esto era cierto, el 17 de marzo de 2002 se lanzó el sistema de satélites GRACE (Experimento de Clima y Recuperación Gravitatoria), una misión sin precedentes, liderada por la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán para mapear el campo de gravedad de la Tierra de manera precisa.
Además de cartografiar el campo de gravedad terrestre, también se ha podido monitorizar durante 15 años los cambios en el ciclo de agua, en los glaciares y en el nivel del mar. El objetivo ha sido conocer en profundidad cuáles son las consecuencias del cambio climático y cómo podemos frenarlo.
En relación a todo esto, los resultados obtenidos por GRACE también han servido para predecir con mayor exactitud el riesgo de los incendios forestales, la sequía o las inundaciones. Iniciativas a las que también ha querido sumarse la UE, con el fin de apoyar la imprescindible labor de los agricultores.
Para que entiendas mejor cuáles son los efectos de la gravedad sobre el planeta Tierra, estos son algunos factores esenciales que debes tener en cuenta:
Cuanto mayor es la masa de un objeto, mayor es su atracción gravitatoria. Por ejemplo, esto quiere decir que cuando los satélites orbitan alrededor de nuestro planeta y vuelan sobre una región de más altura, aceleran a medida que van aproximándose a la Tierra y reducen su velocidad al ir ascendiendo.
A su vez, una pequeña parte de la gravitación terrestre tiene mucho que ver con el agua, tanto ríos como océanos, lagos, glaciares o aguas subterráneas. Por ende, el cambio climático tiene efectos muy importantes sobre toda esta agua, llegando a provocar también cambios en la fuerza gravitacional del planeta.
Por otro lado, GRACE descubrió la relación que había entre el deshielo de zonas como la Antártida o Groenlandia y el cambio climático.
Los datos demostraron que el 60% de la pérdida total de masa de hielo era una consecuencia del cambio climático, que había provocado el derretimiento del Ártico, y el otro 40% se debía al incremento del flujo de hielo en los océanos.
Concretamente, entre 2002 y 2017, la Antártida perdió 140 mil millones de toneladas de hielo al año, mientras que el hielo en Groenlandia se redujo en 260 mil millones de toneladas, aproximadamente.
Además, la misión GRACE ha revelado cambios muy preocupantes en los paisajes de agua dulce, debido principalmente al agotamiento de acuíferos subterráneos. Estos cambios tienen un impacto significativo en la agricultura y la ganadería.
A su vez, se confirman las predicciones sobre los cambios en el ciclo del agua. Todos estos estudios permiten hacer estudios en profundidad sobre el nivel del mar con mayor precisión.
En conclusión, gracias a todos estos datos tan valiosos podemos saber cómo es el uso y la distribución del agua dulce en la Tierra. Esto nos ayudará a gestionar mucho mejor los recursos hídricos, además de mejorar la seguridad alimentaria y combatir el calentamiento global.
También, los resultados desvelaron que hay un desequilibrio gravitacional de la Tierra, lo cual es un indicador muy evidente del cambio climático. Esto se debe a que el calentamiento global produce un aumento muy significativo de la temperatura en la atmósfera, haciendo que aumente también la temperatura del agua.
En consecuencia, se prevé que el nivel del mar aumente a un ritmo de 10 milímetros por año en siglo XXI, un dato sin precedentes en los últimos 5000 años y una consecuencia directa del cambio climático.
Además, las mediciones del nivel del mar desde 1990 demuestran que ha habido un aumento de 3.1 milímetros al año entre 1993 y 2017. En definitiva, esto confirma lo que ya sabíamos: que el cambio climático ha aumentado el nivel de los mares y océanos. Esto tiene graves consecuencias para los ecosistemas marinos.
Además, las mediciones del nivel del mar desde 1990 demuestran que ha habido un aumento de 3.1 milímetros al año entre 1993 y 2017. En definitiva, esto confirma lo que ya sabíamos: que el cambio climático ha aumentado el nivel de los mares y océanos. Esto tiene graves consecuencias para los ecosistemas marinos.
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