Te levantas, te lavas los dientes, desayunas y te fumas un cigarro antes de comenzar con tu día. No lo sabes, llevas poco tiempo despierto y ya muestras hábitos diarios que dañan el medioambiente.
Estamos acostumbrados a realizar las mismas acciones a diario, pero ¿somos conscientes del efecto que tienen? Probablemente no.
Nuestra rutina está marcada por pequeñas acciones negativas para el planeta con fácil solución. Es un buen momento para actuar en favor del medio ambiente, ¿cómo? Siguiendo estos consejos para hacer tus hábitos menos perjudiciales.
Hay una gran variedad de acciones antiecológicas que hacemos a diario y no conocemos. Hoy rescatamos las más habituales.
Puede parecer muy obvio, pero el tabaco no es bueno. Te perjudicas si lo consumes, perjudicas a los que rodeas y perjudicas al medioambiente.
El tabaco genera una gran contaminación, a la par que provoca la pérdida de la biodiversidad, aumenta el avance del cambio climático y provoca graves incendios.
Mención especial a las colillas, el principal residuo recogido en el medio ambiente. Según la Organización Mundial de la Salud, es el producto de consumo masivo que mayores daños provoca (desde su cultivo a su desecho).
Por lo tanto, dejando de fumar se pueden salvar vidas y evitar males mayores. Un mayor cuidado con el desecho de las colillas también es beneficioso en su defecto.
Es increíble lo normalizado que está el uso de este producto tan perjudicial. Su consumo es negativo por: su alto contenido en grasas saturadas y que favorece la propagación del cáncer.
Su cultivo ha destruido bosques tropicales y puesto en peligro de extinción a una gran cantidad de especies animales. Además, su labranza incrementa las emisiones de gases que favorecen el efecto invernadero y dañado hábitats enteros.
¿Solución? Utilizar productos sustitutivos menos perjudiciales como el mangostán que son mucho mejores para la salud y el medioambiente.
La polución es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, provoca más de 400.000 muertes prematuras al año en Europa.
Existen alternativas sanas que pueden minimizar la emisión de gases: uso del transporte público, desplazarse en bicicleta, compartir vehículo… Si no hay más opción que usar un vehículo propio, escoger el modelo menos contaminante es una solución aceptable.
Hay una gran cantidad de productos que son arrojados al inodoro que no deberían terminar ahí. Toallitas, lejía, tampones…son algunos de ellos.
Los principales afectados son los ríos y mares. Para evitar este problema puedes utilizar un cubo de basura en el que depositar los residuos.
El plástico, un problema habitual. El consumo de agua embotellada crece en gran medida, pese a los problemas que acarrea.
En España, el suministro público garantiza el agua potable de calidad, por lo que sorprende el aumento del consumo de agua embotellada.
El proceso de extracción, envasado y posterior transporte son causantes de una gran cantidad de emisiones perjudiciales.
La eliminación de los residuos es uno de los principales productos, ya que el plástico es un gran contaminante. Si un producto plástico finaliza en el mar puede tardar entre cien y mil años en descomponerse.
Existen varias soluciones, como usar botellas de vidrio reutilizables o consumir agua del grifo en los restaurantes que frecuentemos.
Puede parecer un mal menor, pero la verdad es que los globos provocan graves problemas en el medioambiente.
Como hemos comentado antes, el plástico tarda cientos de años en descomponerse, con todos los problemas que acarrea.
Además, los animales (en particular peces y aves), no son capaces de distinguir este producto de la comida. La ingesta de los globos puede provocarles la muerte por asfixia o indigestión.
Con gastar cuidado cuando utilicemos globos, o reducir su uso en la medida de lo posible, seremos capaces de disminuir uno de los efectos perjudiciales del ser humano.
Al igual que los plásticos, las pilas pueden tardar hasta mil años en descomponerse. Casi todas las pilas cuentan con mercurio, uno de los metales más tóxicos existentes. Por contextualizar, una sola pila corriente puede contaminar hasta tres mil litros de agua.
Además, cuando el mercurio entra en contacto con el agua crea el metilmercurio, derivado muy contaminante para el ecosistema marino. Es muy importante no dejarlas con el resto de residuos nunca, por los peligros que puede acarrear.
Por ello, es vital depositarlas en un contenedor de residuos peligrosos. Los puntos limpios son otra opción válida.
Después de ver tantos hábitos perjudiciales puede que pienses: “¿y cómo puedo aportar mi grano de arena?”. Tenemos la solución. De la misma forma que hemos repasado algunos de los hábitos que dañan al medioambiente, podemos recomendar algunos otros muy beneficiosos.
El agua es un recurso vital y limitado, por lo que hay que cuidarlo más que ningún otro. La reutilización y aprovechamiento del agua es una gran manera de cooperar en la lucha medioambiental.
Hay muchas formas de hacerlo: cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes, limpiar el coche con cubo en vez de manguera, darte duchas en lugar de baños…
Uno de los métodos más arraigados y eficaces. La separación de los residuos en función de su material nos permite combatir el calentamiento global desde nuestra propia casa.
Gracias al reciclaje, se evita que una gran cantidad de plásticos acaben en el mar. Más de 1.000.000 de criaturas marinas mueren al año por este producto, por lo que la concienciación del reciclaje es muy importante.
Cambiar una bombilla normal por una de bajo consumo, desenchufar los dispositivos electrónicos que no estén siendo utilizados, no dejarse luces encendidas…
Son muchos los métodos de aprovechar eficientemente la energía. Como beneficio extra, los cambios anteriormente mencionados te permitirán ahorrar en tu factura de la luz.
Cada vez tenemos más recursos a nuestra disposición, por lo que podemos ser más autosuficientes. ¿Alguna vez has pensado en tener un huerto independiente?
Tener un pequeño huerto en el patio o terraza tiene grandes beneficios: mejora la dieta familiar, aumenta las zonas verdes de la zona, puede generarte beneficios si la producción es abundante, etc.
Si no quieres (o no puedes) crear tu propio huerto, el consumo de alimentos orgánicos locales también te ayudará a mejorar tu salud.
Estarás eliminando muchos pesticidas, antibióticos y/o fertilizantes, y así, consumiendo productos más saludables. Con respecto al medioambiente, estamos disminuyendo la energía usada en el cultivo y trasporte de estos productos.
Ya sabes, hay un montón de hábitos perjudiciales para el medioambiente. Ahora, te toca a ti cambiar tu rutina y aportar positivamente al planeta. Una de ellas puede ser el cambio de tarifa de luz a una más responsable. Para eso en EnergyGO somos expertos. Si quieres más información solo entra en nuestra web o llama al 900 733 932