¿Cómo afecta el consumo de energía al medioambiente?

20 Febrero 2024 13:00

Actualmente la revolución de la energía está más viva que nunca gracias al auge de las energías renovables y alternativas. Energía y medioambiente están más conectados que nunca, tanto por sus impactos negativos como por una apuesta más sostenible.

Y seguro que muchas veces has pensado en la huella de carbono de ciertos productos o actividades, pero ¿alguna vez has reparado en el impacto medioambiental del consumo de energía?

Año a año la demanda energética crece debido al aumento de la población y a la digitalización de la economía y el mundo laboral. Porque, aunque Internet parezca algo etéreo que no genera ningún impacto, la realidad es que requiere una enorme cantidad de energía.

Y esta demanda está íntimamente ligada a la supervivencia de los ecosistemas. Hasta hace bien poco, esta demanda se satisfacía mediante fuentes no renovables y aunque eran eficientes, generaban grandes cantidades de residuos tóxicos.

Afortunadamente esto está cambiando, y aumenta cada vez más el porcentaje de uso de energías que provienen de fuentes renovables. ¿Estamos salvados? No exactamente. Aunque no se suele hablar de ello, las apuestas energéticas del futuro también contaminan.

La relación entre energía y medioambiente

En el mundo actual la energía es algo indispensable, tanto para la economía como para el desarrollo social. Eso, claro, no implica que no sea un arma de doble filo muy peligrosa dependiendo de qué manos la manejen.

Hablar de energía y medioambiente es hacerlo de un tema que todavía tiene mucho que mejorar. Pero por suerte ya son varios los países que están tomando medidas en el marco del Acuerdo de París y los objetivos sostenibles hacia el 2030.

Desde la primera Revolución Industrial, la industria energética no había cambiado demasiado hasta hace algunos años. Seguía proviniendo de fuentes fósiles y no renovables, como el petróleo, el gas o el carbón.

Es decir, la energía que más impacto genera en el medioambiente. Al hablar de esta cuestión debemos tener en cuenta todos los pasos: obtención, distribución, almacenamiento, consumo y desecho. Cada uno de estos pasos tiene su propia huella.

Pero en este artículo nos centraremos en el impacto del consumo de la energía, el que generamos los usuarios. El consumo de cualquier energía genera emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero), y estas emisiones pueden clasificarse en 2 grupos dentro del ámbito residencial:

  • Emisiones directas: las que se generan por el uso, desecho y desperdicio de la energía.
  • Emisiones indirectas: las relacionadas a la producción, almacenamiento y distribución de la energía que consumimos.

Por desgracia, cualquier actividad que realicemos tiene su reflejo en los ecosistemas, tanto un impacto directo como indirecto. Y la solución no es encontrar una energía 100% limpia, sino que está en elegir alternativas menos dañinas.

Teniendo en cuenta esto, es necesario que como consumidores también planteemos un consumo más responsable de la energía y seamos conscientes del cuidado de los recursos naturales.

¿Qué problemas ambientales surgen de las fuentes de energía?

Como se ha demostrado con innumerables estudios, el uso de energías fósiles lleva consigo una enorme huella ecológica, compuesta por la explotación de recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de agua y suelos, y las emisiones de CO2.

Entre las energías de fuentes no renovables más utilizadas encontramos: el petróleo, el carbón y el gas natural. Todas ellas tienen un gran costo para el medioambiente en distintas etapas de su proceso.

A continuación, enumeramos los principales problemas causados por este tipo de energía en el medio ambiente:

  1. Emisiones de gases de efecto invernadero: La quema de combustibles fósiles es la principal fuente de CO2, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor en la atmósfera terrestre, provocando el calentamiento global.
  2. Contaminación del aire y del agua: Sustancias nocivas como el dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas finas se liberan al aire, mientras que las operaciones de extracción y refinado pueden contaminar fuentes de agua.
  3. Degradación de hábitats: La extracción de recursos energéticos a menudo implica la destrucción de hábitats naturales, afectando la biodiversidad y los ecosistemas.
  4. Generación de residuos: La producción de energía, especialmente la nuclear, genera residuos que pueden permanecer radiactivos y peligrosos durante miles de años.
  5. Sobreexplotación de recursos: La dependencia de combustibles fósiles ha llevado a la sobreexplotación de estos recursos, que son limitados y no renovables.

Se estima que 2/3 de los gases de efecto invernadero provienen del sector energético, por lo que es indispensable realizar el cambio hacia energías que generen menos daños en el medioambiente durante su producción y su consumo.

Debido al cambio climático y los desastres naturales asociados, cada vez es más evidente que debemos evaluar el impacto medioambiental de nuestras actividades y tomar cartas en el asunto.

La buena noticia es que la transición hacia fuentes de energía renovables y limpias, como la solar, eólica e hidroeléctrica, ofrece una solución sostenible. Estas fuentes de energía tienen un impacto ambiental mucho menor, son inagotables y pueden ayudarnos a reducir significativamente nuestra huella de carbono.

¿Qué impacto tienen las energías renovables?

Las energías renovables están en el centro de la transición hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Su impacto puede apreciarse a varios niveles, desde la reducción de la huella de carbono hasta la revitalización de comunidades y economías locales. Veamos de cerca algunos de estos impactos positivos:

  1. Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: Al generar energía a partir de fuentes renovables como el sol, el viento, y el agua, se reduce significativamente la cantidad de CO2 y otros gases contaminantes emitidos a la atmósfera. Esto es crucial para combatir el cambio climático.
  2. Mejora de la calidad del aire y la salud pública: Las energías renovables no emiten contaminantes atmosféricos dañinos, contribuyendo así a mejorar la calidad del aire. Esto tiene un impacto directo en la salud pública, reduciendo enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas a la contaminación.
  3. Uso eficiente de los recursos y menor dependencia de importaciones: Las energías renovables, al depender de fuentes inagotables, disminuyen nuestra dependencia de combustibles fósiles importados, mejorando la seguridad energética y promoviendo una gestión más sostenible de los recursos naturales.
  4. Impulso a la economía y creación de empleo: La inversión en energías renovables genera empleo en sectores como la instalación, mantenimiento y gestión de infraestructuras energéticas. Esto no solo dinamiza la economía local y global, sino que también abre oportunidades para el desarrollo de nuevas habilidades laborales.
  5. Protección de ecosistemas y biodiversidad: Al evitar el uso de combustibles fósiles, se reduce la necesidad de extracción y explotación de recursos naturales, lo que beneficia la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad.
  6. Acceso a energía en comunidades remotas: Las tecnologías renovables ofrecen soluciones para el suministro de energía en áreas remotas o poco accesibles, mejorando la calidad de vida y fomentando el desarrollo socioeconómico.

El impacto de las energías renovables trasciende lo ambiental; es un pilar para el desarrollo sostenible que fomenta una economía más verde, justa e inclusiva. Su adopción no solo es esencial para proteger nuestro planeta, sino que también representa una oportunidad para repensar nuestra relación con la energía, en armonía con el medio ambiente.

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